Y le dieron el garrote



Cual verdugo que decapita, acudió a la AN, solícita, presurosa y obediente para cumplir las órdenes que se le habían impartido, por quien escondido tras sus enaguas le imponía la tarea de promover mecanismos legales para acabar con la libre expresión y el derecho a la información.

A tales efectos presentó y expuso su contenido y alegatos, los que quedarán para la negra historia de las aberraciones jurídicas impulsadas por este Gobierno, y manifestó que el propósito de dicho proyecto persigue velar por la seguridad e intereses del Estado-Gobierno contra las opiniones que se divulguen por personas o medios de comunicación que sean consideradas falsas, que constituyan grave alteración de la tranquilidad pública, que creen pánico y zozobra en la población, alteren el orden público y sean causa de perjuicio a los intereses del Estado, por lo que deben ser castigados con prisión.

¿ Ante este brutal atropello a los derechos y garantías establecidos en la Constitución, cuál será la suerte que correrán los intereses y la seguridad de los ciudadanos, frente a un Estado arbitrario, abusivo, represivo, antidemocrático y violador de la Constitución, cuyo único objetivo es acabar con el sistema democrático e implantar una cruel dictadura? Quedarían a discreción del opresor.

Agregó la paz social, la moral pública y la salud mental de los ciudadanos se encuentran actualmente afectados, según los rebuscados alegatos de la ordenanza que con plena observancia a los preceptos impartidos por su gerifalte al que debe obediencia y servilismo, deben ser garantizados por el Estado represivo.

Qué mejor para ello que la sanción de dicho instrumento de ley para coronar el objetivo estratégico de liquidar la libertad de expresión, lo que impondrá un silencio mediático que será garante de que los desafueros del Gobierno no sean conocidos por la población. Estaríamos ante una censura total. ¿Por qué tanto cinismo? Este Gobierno inmoral no ha cesado de agredir la paz ciudadana, la moral pública y privada y la salud mental en forma salvaje y criminal.

Una camisa de fuerza se nos quiere colocar para acallar la disidencia y la protesta. Todas las dictaduras son iguales y al final han caído de la misma forma. Ésta no será la excepción.



Alberto Pineda/Abogado


http://www.laverdad.com/detnotic.php?CodNotic=17625

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