La locura del coronel



Natalia Sánchez /Socióloga

Todos saben a cuál coronel me refiero. Es imposible olvidar ese episodio vivido el día sábado pasado, en el que creo que se instaló una forma de interlocución entre militares y civiles, pero sólo, por supuesto, de parte de los militares.

Ahora nos toca asimilar que los militares son cuasi-políticos que aclaran de forma insólita quiénes son los enemigos. Ni siquiera en los gobiernos dictatoriales se espera que los represores del régimen tomen una postura de "parlamentarios" para, mediante palestra pública, decir cuanto cuento repetido se les ocurra. Uno oye a cualquier diputado de la asamblea decir esas cosas, y ya, de verdad, uno no lo ve tan mal; es claro que en una asamblea unipolar que no discute un zipote se sumen a los discursos esos tan repetidos que uno está oyendo desde que empezó la carrera universitaria, me refiero a la ideología socialista al estilo conservador y populista.

¿Pero un coronel? Esto sí es una nueva postura comunicativa más radical de un gobierno que empieza a comprender que por las buenas no puede convencer a un venezolano más, que ya contó con todos los que podía contar, que ya, para contar con el apoyo del pueblo, sólo le queda la misma palabra pero dicha por actores sociales que hasta ahora no se habían mostrado tan adeptos a los micrófonos. Esto, creo, responde a un plan. El plan de "ya el socialismo chambón que proponemos no pega con la gente" y por ello hay que incorporarle aditivos más represivos.

No sé si a estas alturas ya salieron por allí felicitaciones a los actores del Ejército venezolano que incursionan en la política. No me extraña que esto ya haya pasado. Pues si algo hay que aceptar a estas alturas es que una cosa es lo que se dice al pueblo venezolano y otra cosa es lo que se discute entre quienes conducen este país. Por lo visto, ahora se están tomando riesgos que hacen perder aun más popularidad porque se considera que el costo es bajo o manejable y que es necesario para la consolidación del poder que esto sea así. La verdad es que el Gobierno, cuando no encuentra el manualito de cómo gobernar a los venezolanos, comete muchas locuras. Pero esto deja en evidencia que nada de lo que se discute a puerta cerrada va en favor del país.



CORTESIA DEL DIARIO LA VERDAD

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