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Mostrando las entradas de julio, 2013

Anomia

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Según los estudiosos de la sociología, cuando una sociedad cae en el desvarío total producto de la tergiversación en la interpretación y la aplicación de las leyes que resguardan el orden público y la relación entre ciudadanos, se está ante un estado de total anomia. Los más conspicuos promotores de este concepto fueron Emile Durkheim y Robert Merton, estudiosos esos que han sido una referencia en lo que se refiere a la dilucidación de casos de anomia. Venezuela está sumida en una completa anomia y esta es una situación de desintegración total del entramado legal que rige el orden jurídico de la nación, un reinante caos casi absoluto y una dirección política militarista que chapucea en pozos sépticos de los antivalores más obscenos, enarbolando banderas de contradicciones de absurdos y de disparates. Merton explica que la anomia aparece cuando los objetivos de una cultura y la posibilidad de acceso de algunos grupos poblacionales a los medios necesarios se encuentran disociados.

Mi querido Colacaibo.

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Mi querido Colacaibo. Escribo esto, porque mis pequeños hijos, Jimmy y Daniela, desde hace días no ven más que colas en todas partes, cola en el tráfico de vehículos, cola para echar gasolina, cola en el banco, cola en las instituciones públicas, y no es que son colas de tres personas, a veces es hasta de 400 personas, esto ocurrió cuando tuvimos que hacer 6 colas en un día para poder comprar la comida de la semana y como no tenía con quien dejarlos me los tuve que llevar. Nos levantamos temprano un sábado, y les dije, vamos al supermercado a realizar las compras de la comida, mis pobres hijos, junto a mi esposa, se prepararon y comenzó nuestro turismo de aventura, comenzamos con las colas en la circunvalación 1, que ahora se ponen peor porque hay policías, y todo el mundo anda asustado y manejan peor de lo normal, después llegamos al banco por la parte del autobanco y había otra cola, nos salimos de allí y recurrimos al cajero externo, y había otra cola, salimos del banco

Mandoca gubernamental

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Así empezaron las cosas. La tarde del jueves, luminosa y cálida, salimos a caminar por la avenida Fuerzas Armadas de Maracaibo, al pasar por un reconocido establecimiento comercial de expendios de alimentos, mi hija decide comprar yogur con cereal, en ese instante nos damos cuenta que están vendiendo harina de maíz, aceite y mantequilla; entusiastas y felices porque hace unos cuantos días no vemos una arepa, bollitos ni hallaquitas en la casa, nos disponemos a comprar los productos anhelados pero siempre negados. Allí comienza el desconcierto. Si queremos comer mandoquitas con quesito rallado, existen dos opciones, hacemos la infinita colita con los habitantes regulados, es decir los golpeados por la vida en este devenir histórico de escasez de alimentos, o es obligado realizar un mercado de 300 bolívares para optar por los artículos requeridos para poder hacer las tan deseadas arepitas.  Hablo con un soldado de la República Bolivariana, le digo que solo tengo 200 pero deseo llev