PERRO BLANCO



En el siglo IV a.c. se desarrollaron en Grecia varias Escuelas de pensamiento. Una de ellas tomó el nombre del lugar donde se reunían sus adeptos (Cinosargo) que quiere decir perro blanco. Con el tiempo vinieron a ser conocidos como los Cínicos o sea los perros. Consideraban a la vida civilizada como un mal terrible y proponían la vida sencilla en armonía con la naturaleza. Al tomar ese camino se convirtieron en individuos de irreverentes actuaciones y críticos de las normas sociales. Aunque su costumbre de andar sucios y masturbarse en público cada vez que les daba la gana desapareció pronto, su estilo de crítica aguda e irónica permanece.

Da la impresión que Venezuela va direccionada a ser discípula de los perros blancos pues todo apunta a que paulatinamente vamos adoptando un sistema de vida sencillo y natural y, debemos concluir que (aunque el gobierno no lo sepa) estamos copiando el modo de vivir de los cínicos. Para ello nada mejor que eliminar ese invento gringo que contaminó al mundo y lo hizo dependiente. La sabrosa costumbre de acostarse al anochecer y pararse al amanecer fue destruida por unos ridículos focos luminosos y unos aparatos ruidosos que producen un antinatural aire frío.

Así que nada mejor que eliminar la electricidad. Por su parte, al igual que nuestros maestros, lo apropiado es dejar de bañarnos y además estar lavando ropa son solo inventos de esas empresas vendedoras de Ace y que además contaminan el ambiente. En cuanto a la alimentación iremos poco a poco a la simplificación pues es inconcebible la cantidad de comida rara a la que nos hemos acostumbrado. Una arepita de vez en cuando nos devolverá la forma y la alegría del buen vivir. Los absurdos centros comerciales, cines, restaurantes y otras extravagancias modernas se eliminarán para beneficio de la tranquilidad colectiva. Las televisoras, emisoras radiales y periódicos también se cerrarán pues ellos corresponden al mundo antinatural el cual es contario a nuestra filosofía.

No me diga Presidente Chávez que esta idea no está del carajo. Usted para de hablar del socialismo del siglo XXI y deja sin argumentos a sus opositores. Luego dice que revisando la historia ha determinado que a Venezuela le conviene la enseñanza de la prestigiosa Escuela Cínica y que en consecuencia todos iremos a un sistema de vida cercano al del mundo natural rechazando toda desviación consumista y capitalista. En un solo discurso usted se raspa todos los problemas. Si no hay luz, excelente. Si no hay agua, mejor y cuanto menos tengamos más cerca estamos del cielo.

Solo sugeriríamos un pequeño cambio en cuanto al nombre. Lo de “perro blanco” tiene una innegable connotación adeca por lo que propondríamos que el nuevo e imbatible movimiento se llamase “la revolución perro rojo”.


Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es

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