Lo que significó la caída del Muro



Esta semana que recién concluye, el mundo entero conmemoró el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, aquella vergonzante estructura de cemento, hierro y alambres de púas que dividía en dos a Europa en general y a Alemania en particular.
El Muro de Berlín que separó a las dos Alemania era uno de los íconos más vergonzantes de la Guerra Fría. Su arquitecto, Joseph Stalin, creyó poder encerrar a todo su pueblo detrás de una cortina de hierro asfixiante y llena de oprobio, esclavitud del pensamiento y circulación de la gente, y desde luego, el sometimiento brutal y la pobreza supina.
Lo que Stalin olvidó es que las ansias de libertad de los pueblos nunca se apagan y que al final las dictaduras y los regímenes totalitarios se caen, desmoronándose todo.
El Muro de Berlín la noche del 9 de noviembre de 1989 se cayó, unificando nuevamente a Alemania Oriental comunista (empobrecida y bajo una cárcel a cielo abierto), con la Alemania Occidental (democrática, próspera y boyante), ocupando su puesto de potencia económica mundial de primer orden.
De esa experiencia del muro se sacan dos grandes lecciones: Primera, que el comunismo como sistema económico y político es un total fracaso, una engañifa a los pueblos, una utopía irrealizable. No es posible la igualdad social entre los hombres: No todos son talentosos, inteligentes, buenos trabajadores, con iniciativas y mística en el trabajo.
Si todo el mundo fuera igual, el mundo no funcionaría. El hombre debe ser igual ante la Ley y ante los ojos de Dios, pero eso no significa que puedan nivelarse por debajo. Segunda, siempre la libertad del hombre termina por imponerse sobre las dictaduras y la esclavitud, por ser éstas -las libertades- un derecho natural.
Todos los países que abrazaron al comunismo fracasaron estrepitosamente, al extremo de que dieron marcha atrás hacia el capitalismo. Rusia, Vietnam del Norte, la China, son los ejemplos más conspicuos. Los pocos que siguen sometidos a la esclavitud ideológica comunista son pobres y miserables. Es imposible sostener indefinidamente un régimen político que suprime las libertades esenciales del ser humano. ¡La historia no se equivoca!..

Kaled Yorde /Abogado /kaledyorde@hotmail.com
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