Seikan




El túnel de Seikan, de 53 Kilómetros, es el más largo del mundo. Casi la mitad de su recorrido atraviesa el mar a cien metros por debajo del fondo. El túnel conecta dos islas de Japón y es una de las grandes obras de ingeniería.

La parte marina del túnel se construyó trabajando al mismo tiempo desde las dos islas con la idea de que las dos excavaciones se encontrasen en algún punto debajo del mar. Durante una entrevista de prensa el gerente del proyecto fue exigido por una periodista que insistía en conocer que pasaría si las excavaciones no coincidían en el lugar previsto. El gerente, con bastante paciencia, explicaba la precisión de los cálculos y los aparatos guía que se utilizaban, lo que aseguraba que no habría tal error, pero la periodista insistía: ¿Sin embargo, que pasaría si a pesar de todas esas precauciones las dos excavaciones no coincidiesen sino que estuviesen muy apartadas?. El gerente ya visiblemente molesto le contestó: En ese caso continuaríamos las excavaciones y haríamos dos túneles, lo que provocó la risa de todos y el doloroso silencio de la periodista.

Todo el que ha tenido la oportunidad de viajar en tren y atravesar un túnel conoce un poco de su magia. En un viaje de día la entrada al túnel vuelve el ambiente a repentina noche y el ruido aumenta tremendamente. Por alguna razón todos los pasajeros, sin decirlo, esperan que pase pronto esa sensación de claustrofobia y la conversación se vuelve risueñamente nerviosa.

Las sociedades se parecen a los viajes en tren. Hay grandes períodos de luz y paisajes, pero también túneles donde las cosas cambian. Hoy Venezuela está metida en un ruidoso y oscuro túnel. Venía de un luminoso trayecto de libertades democráticas pero de pronto entró al túnel del socialismo XXI.

La oscuridad social aparece cuando la lógica desaparece. No solo se trata solo del irrespeto a las leyes y a la Constitución, se trata además de utilizar lo absurdo como cotidiano tal y como afirmar que en Cuba hay libertad y democracia o que limitamos no con Colombia sino con la FARC. Los dineros de los venezolanos son utilizados sin control ni permiso previo. Los poderes, que según la Constitución, deben ser independientes, dan la dolorosa pena. La oscuridad de este túnel es tan grande que nada se salva. La Fuerza Armada es obligada a aceptar un nuevo componente y a convertirse en una organización política que grita “Patria, socialismo o muerte, olvidando que ni una sola letra de socialismo existe en la Constitución que, de paso, y de acuerdo a ella misma, les toca obedecer y defender. El propio Presidente que se supone es ejemplo ciudadano manifiesta una vulgaridad verbal impresionante y muestra todos los días a nuestros niños que gritar, amenazar, maldecir y contar las pendejadas que hacía en sus años mozos (siempre en tono de epopeya) es la forma esperada de actuar.

Un túnel de oscuras estupideces que inventa, sobre todo, un sistema económico tan factible de realizar como el vuelo de Superman y un sistema de mordazas para todos los medios de comunicación bajo la lógica de que vivimos en el País de las hadas y no hay malas noticias.

Pero, a pesar de la actual falta de luz, todos sabemos que los túneles terminan. Todos sabemos que vuelve la claridad, vuelve la ilusión y las ganas de construir. Chávez sabe que la última curva de su tétrico y maloliente túnel empezó hace rato y los pasajeros como que ya andan celebrando.



Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
http://elregionaldelzulia.com/

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