Memorias de la intolerancia



Emiro Albornoz L /Periodista /emiroalbornoz2@hotmail.com

La expulsión del país del director para las Américas, Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, porque según el canciller Nicolás Maduro, vilipendió a las instituciones de la democracia venezolana, nos mueve a revisar los insultos de Chávez. Sólo algunos, por razones de espacio.

En las Naciones Unidas, en el mismo corazón del "imperio", la ciudad de Nueva York, donde la ONU tiene su sede, el 19 de septiembre de 2006, Chávez lanzó esta perla contra el presidente de los Estados Unidos: "Ayer desde esta misma tribuna el señor presidente de EEUU, a quien yo llamo el diablo, vino aquí hablando como dueño del mundo; un psiquiatra no estaría de más para analizar el discurso de ayer, como vocero del imperialismo vino a dar sus recetas para tratar de mantener el actual esquema de dominación y saqueo".

Al presidente de Perú, Alan García le dijo: "Corrupto, ¡ladrón de cuatro esquinas!, el Carlos Andrés Pérez del Perú, ¡bandido!, corrupto de siete suelas. Venezuela no va a tener relaciones con un ladrón, con un tahúr. A ver si voy a una cumbre y me roba este billete".

Sus insultos también alcanzaron al presidente de Colombia, Álvaro Uribe, el 19 de enero de 2008: "¡Indigno el Gobierno de Colombia, indigno el presidente de Colombia! "Es un mero y triste peón del imperio norteamericano para actuar contra los pueblos de la América Latina". "Cobarde, mentiroso, cizañero y maniobrero". "Sirve para ser jefe de una mafia".

A los senadores brasileros, por oponerse al ingreso de Venezuela al Mercosur los llamó "cotorras del imperio". Al escritor Mario Vargas Llosa, y a la Secretaria de Estado, Condolezza Rice, los calificó como "unos analfabetas funcionales".

Al cardenal hondureño, Rodríguez Madariaga, le soltó su virulenta verborrea: "Apareció otro loro del imperio, ahora vestido de cardenal, es decir, otro payaso imperialista".

Y qué no le ha dicho a nuestra Iglesia católica: "A mí me da tristeza ver a estos obispos de nuestra Iglesia católica mentir, pero mentir con la cara bien lavada. Vayan a rezar 100 padrenuestros y 100 avemarías de penitencia porque terminan siendo como los politiqueros, y da tristeza llegar a obispo para terminar siendo un mentiroso, un politiquero, un manipulador".

"Bandido y alcahueta", le gritó el Presidente al cardenal Rosalio Castillo Lara (+), y al cardenal Ignacio Velasco" le aconsejó: "Hágase una revisión de conciencia, vaya y párese delante de Dios y rece 20 padrenuestros y 20 avemarías". Y una vez muerto, le manifestó: "Nos veremos en el infierno". Por lo menos, sabe adonde va a parar. Entonces, ¿para quién pide respeto esta porquería de revolución?

http://www.laverdad.com/detallenew.asp?idcat=2&idnot=81150

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