El hombre de los bacalaos
- Alfredo Osorio/ Abogado/ Presidente de Un Nuevo Tiempo Zulia - - 29/10/2008 00:01 29
En esta nueva visita al Zulia, una parada más dentro de sus reiterados e inútiles esfuerzos por levantar esos pesados lastres que son sus candidatos a la Gobernación del Zulia y la Alcaldía de Maracaibo, el jefe de la revolución bolivariana no sólo prosiguió con su sarta de insultos al pueblo zuliano, sino que fue mucho más lejos, y devenido en una especie de emperador de los más oscuros tiempos del imperio romano (Calígula), decidió meter preso a Manuel Rosales, el líder indiscutible del estado Zulia.
Las habladurías de Hugo Chávez tal vez no hubieran sido tan graves si no imparte la orden de ejecutar sus deseos de venganza a la Fiscalía del Ministerio Público y el Tribunal Supremo de Justicia, que son las principales instituciones del sistema democrático garantes del estado de derecho, pero que en este régimen no son sino unos apéndices más del proceso “involucionario” y en lugar de servir de contrapeso al Poder Ejecutivo, como debe ser, se han convertido en apéndices de Miraflores.
Particularmente y conociendo al pájaro por el producto de sus ingestas, no tengo dudas que contra Manuel Rosales lo único que existe es el incuestionable delito de haberse convertido en el líder de esta región a fuerza de un trabajo sostenido y productivo que le cambió la faz a Maracaibo y transformó el estado Zulia, y de esa manera convertirse en la fortificada e impenetrable muralla contra la que se han estrellado todos los intentos del oficialismo por apoderarse de la región zuliana.
Pero tenga la seguridad, presidente Chávez, que un atropello de tal magnitud contra el Zulia -porque cualquier fechoría contra Manuel Rosales es una afrenta contra el pueblo del Zulia, que lo ha erigido como su máximo conductor-, no la vamos a tolerar, y usted se tendrá que enfrentar a toda una legión de hombres y mujeres dispuestos a no permitir que usted sacie su sed de venganza contra un zuliano emprendedor y laborioso cuyo único pecado es ganarle elecciones y conducir al Zulia por los más seguros senderos de progreso y desarrollo para el bienestar colectivo.
Ni los zulianos, ni Pablo Pérez ni Manuel Rosales, tenemos culpa de la severa crisis existencial por la que usted atraviesa en estos momentos al tener que montarse encima suyo a todos los candidatos a gobernaciones, alcaldías y consejos legislativos del país, porque son como especie de satélites que no tienen luz propia, que lo han convertido en el hombre de los bacalaos, en un desesperado esfuerzo para evitar la gran derrota que sufrirán en buena parte de los estados del país.
Tómense algún tranquilizante y comiencen a aceptar la realidad de un pueblo que el próximo 23 de noviembre les va a decir con su voto, que Pablo Pérez es el próximo gobernador del Zulia, y que Manuel Rosales y todos los candidatos a las alcaldías y al consejo legislativo regional serán los triunfadores, porque el Zulia se respeta y ni se compra ni se vende.
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