- Ernesto García Mac Gregor - -
Por desgracia, es preciso llegar a crisis como la provocada por la baja del precio del petróleo para que se tomen medidas de supuesta austeridad. Pero la triste realidad es que los 33 mil millones de dólares que Chávez regaló por el mundo y que le quitó de la boca a los venezolanos, no tienen retorno, simplemente se perdieron, y con ellos, la oportunidad de hacer de Venezuela un polo de desarrollo latinoamericano.
El único interés de Chávez era convertirse en el segundo Fidel para lo cual utilizó la extorsión (petróleo barato, por apoyo) a los países que visitaba, los cuales organizaban actos de adulación mientras le vaciaban los bolsillos. Pero ya se agotó la petrochequera, ya no habrá recibimientos entusiastas, "jaladera de mecate" ni apoyos interesados.
No cabe duda, que este nuestro primer mandatario no tiene la menor idea de lo que son finanzas y gerencia pública. Ha asegurado que la caída del petróleo no afectará al país y sin embargo, el 94% de los ingresos extranjeros de Venezuela provienen del oro negro, cuya producción local viene disminuyendo debido a la insuficiente inversión para reponer y aumentar el potencial petrolero. Por otra parte, la bonanza de estos años no tiene nada que ver con los manejos del gobierno chavista, sino con las situaciones internacionales como la que precisamente se vive hoy en día.
Por desgracia, el tan cacareado crecimiento económico no se debe a un aumento del aparato productor (que más bien ha disminuido) sino a la repartidera populista que se lleva a cabo a través de los innumerables programas sociales (misiones), de la cancelación de gigantescos pasivos laborales, de desembolsos por compras y expropiaciones de empresas otrora productivas, y sobre todo, debido a la tremenda corrupción que ha creado esa nueva estirpe de nuevos ricos. El gasto público subió de $ 15 mil millones al año en 1999 a $ 80 mil millones durante el primer semestre de 2008.
Lo malo es que las salidas superan con creces las entradas y todos sabemos a lo que conduce ese desequilibrio. Con el esquema aplicado por el chavismo es imposible que la producción nacional se incremente. Lo que aún no se ha calculado es la magnitud del daño irreversible que esta traición a la patria le ha provocado al país. Que oiga quien tiene oídos...
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