¿Estamos preparados?
Israel Fernández Amaya /Abogado
Sin duda alguna, la población venezolana en general, exceptuando a un grupo preocupado, no tiene plena conciencia del significado actual de nuestra economía, menos aún de lo que hoy estremece al mundo. Sólo comentarios interesados sobre lo que los revolucionarios llaman la caída del imperio, aludiendo a la crisis norteamericana que con el efecto dominó arrastra a toda la economía mundial.
Las prácticas aberrantes de la casta banquera y financiera es igual en todo el planeta. La historia de la economía advierte de la necesidad de frenar una actividad que, usufructuando y jugando con el dinero que no les pertenece, generan fortunas asombrosas, pero poniendo en los hombros de sus depositantes, accionistas e inversionistas, el peso de la desgracia de negocios torcidos que llevan y llevarán al descalabro económico a muchas entidades financieras.
Venezuela no está aislada de ese riesgo, pues el credo universal del dinero fácil, comienza desde la constitución de esas corporaciones; a la par de lo que aportan los fundadores existe una inmensa inversión de personas ajenas a la red que los administran y que son las víctimas. Pero aún más, al caer el sistema toda la economía se enfría, incluyendo el petróleo, maná gratuito que surte las arcas del Estado venezolano y en tal sentido, directa o indirectamente ese huracán económico nos afectará.
Ojalá pudiéramos soñar con planes de eventualidad y ver cómo el sobornador social, puede seguir en su actividad en relación a nuestras clases necesitadas. ¿Qué pasará cuando las cantidades disminuyan y nuestros amigos parásitos o nuestra gente de pueblo, palpen la súbita bajada de los mendrugos estatales?
¿Qué pasará cuando se advierta, tal como está comenzando a advertirse, que no producimos lo suficiente para comer o vestirnos, ni medicinas ni bienes de servicio?; que todo se importa en un frenético baile de dólares petroleros que enriquecen a los banqueros inescrupulosos y las mafias importadoras? Porque pase lo que pase, nuestros recursos intelectuales, generadores de ideas útiles, en esa mezcla satánica del hampa de derecha con el hampa de Estado, están marginados o fuera del país, lo que origina crisis de inventiva para lo que viene.
En todo caso, el Presidente cuenta con los cubanos, rusos y chinos, para meter miedo e imponer la fuerza como solución. ¿Estamos preparados para todo eso?
http://www.laverdad.com/detallenew.asp?idcat=2&idnot=81148
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