Don Dinero



Francisco de Quevedo, uno de los grandes escritores del siglo de oro español, es generalmente más recordado por sus versos pícaros y las decenas de chistes que le inventaron que por su cultísima obra. Una de sus conocidas “letrillas” es “Poderoso Caballero es Don Dinero” que dice así en su primer verso:

“Madre, yo al oro me humillo/ Él es mi amante y mi amado/ Pues de puro enamorado/ De continuo anda amarillo/ Que pues doblón o sencillo/ Hace todo cuanto quiero/Poderoso Caballero/ Es don Dinero”.

Esto viene al pelo para analizar el escenario político venezolano. Visto de lejos tenemos una confrontación entre un Gobierno que quiere implantar un régimen comunista y un inmenso grupo que se opone a ese modelo por estar fuera de la Constitución. Lo curioso es que visto de cerca no se entiende la razón por la cual el régimen chavista no se cae de platanazo.

Por donde se le mire hay un roto.

Inseguridad galopante, malos servicios, hospitales infames, corrupción record, división de ciudadanos, Poderes perros de taxi, producción interna bajando, importaciones aumentando, peleas con los vecinos, sindicatos pisoteados, peleas con estudiantes, con obreros con las Iglesias, Fedecámaras, Gremios, Medios de Comunicación y muchos otros, o sea un gobierno desastroso, malísimo. Por qué no se cae??.Quién diablos sostiene a este cruce de mapurite con tele tubbie??.Quién sostiene a este Peraloca que inventa gallineros verticales y un gasoducto que le da la vuelta a medio mundo?.La respuesta está en el título de estas líneas: Don Dinero.

Los dineros de la Nación son distribuidos con un solo objetivo: Garantizar la permanencia de Chávez y asegurar la expansión comunista. Una parte del dinero va a mantener el funcionamiento de la administración pública bajo un régimen infame de presiones y amenazas de despido al que no sea chavista, otra parte se va por oscuros caminos y otra importante aterriza en los barrios y zonas rurales. Una red de distribución de reales le asegura a Chávez mantener simpatías con un amplísimo sector de bajos recursos. Cuando un camarada rojo entra a una modesta vivienda y le consigue una nevera, un tanque de plástico y una beca para la chama de la familia, ese día baja la presión social y potencia varios votos para las próximas elecciones.

Evidentemente esto es una exageración pues muchos pobres no “pisan la concha”, pero ese es el mecanismo. Un sencillo soborno. El interés del gobierno no son las necesidades de la gente, ni su salud, ni su educación. Su interés son los votos y los “facilita” con el disfraz de las ayudas.

Pero las líneas se cruzan. Cada día hay menos que repartir y cada día más personas se desilusionan con este vende sueños que no cumple. Don Dinero es mágico para conquistar sonrisas pero cuando falta no tarda en aparecer la daga del desprecio.
Chávez lo sabe y no duerme. Presiente el final.

Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es

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