Antivalores opuestos a la verdad



Un tiempo atrás nos referíamos a la verdad como uno de los cinco valores humanos básicos, según lo enseña la Vedanta. Decíamos que no era fácil definir a la verdad, siendo uno de sus significados el Creador mismo.

Hoy domingo nos referiremos a los antivalores que se oponen a la verdad, que son su antítesis, para así tener una especie de espejo con que cotejar nuestro diario comportamiento y de ese modo saber si estamos obrando correctamente o no.
Debido a la manera tan equivocada como solemos manejar el libre albedrío, por lo general discernimos de manera errónea. El hombre atiende casi exclusivamente el llamado de sus sentidos, apegándose a lo mundano, pasajero, intrascendente y banal, creyendo que lo está haciendo bien, que “se la está comiendo”, como se dice en criollo vernáculo. Esa es la razón de los errores, vicios, esclavitudes, excesos, sumisiones, fundamentalismos y radicalismos políticos y religiosos.
Hoy más que nunca los hombres viven, se mueven y tienen su ser, en medio de antivalores. Sin embargo, ciegos, sordos y mudos frente a la honestidad, la transparencia, la ética y la moral ciudadanas, los que de esa manera proceden en sus vidas olvidan un pequeño detalle: Que por ley de karma, todo lo que hacen de erróneo, se les va a devolver inexorablemente. Cada acción o cada omisión, según sea su naturaleza, les generará una reacción, un efecto, que en las religiones de la India denominan karma y la cristiana frutos amargos.
Entre los más importantes antivalores de la verdad está la falsedad, que no es otra cosa que tener o dar por válido y correcto al engaño, la tramposería, hipocresía, malas intenciones, cinismo, siembra de cizaña, simulacro, apariencias, todo ello tan en boga en estos días aciagos en que vive la humanidad en general y la Venezuela revolucionaria en particular.
Otra lista de antivalores de la verdad es: indiferencia, desinterés, apatía, indolencia, inercia, irracionalidad, lo absurdo, la sumisión (jalabolismo), lo contradictorio, lo incongruente, lo aberrante e ilógico, el sectarismo y la polarización de la población, racismo, disparidad, corrupción, vicio, podredumbre moral, escándalos, desvergüenzas, indecencia, obscenidad, iniquidad, arbitrariedad, cobardía, excesos, injusticia, ilegalidad, atropello, abuso de poder, imbecilidad, crímenes, descomposición moral, irreflexión y la imposición de ideologías egoístas y soberbias que esclavizan a la juventud y a la niñez; calumnia, descalificación moral del contrario y la simulación.

CORTESIA

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