Las cosas están cambiando
Qué degradante espectáculo ese de la juramentación de los 75 niños robots, llamados orgullosamente "guerrilleros comunicacionales", cuyas órdenes son defender y difundir la política chavista a como dé lugar. Ya la depravación y contradicciones de este fascismo no tienen freno que lo ataje. Por una parte, se prohíben los videojuegos, juguetes bélicos y hasta a los Simpsons, y por la otra, prácticamente se instiga a los niños a delinquir. Y pensar que la única finalidad de usar a estos jóvenes como tontos útiles es atornillarse en el poder. Que invadan terrenos y fincas, que expropien y quiebren las empresas privadas, que roben, que se destruya el país, lo único que importa es no perder las próximas elecciones.
No menos ignominioso resultó la juramentación donde "los milicianos" se comprometieron hasta a dar la vida por el fracasado socialismo. Y otra vez se profanó la espada de Bolívar para un acto tan fútil cuya finalidad es eminentemente proselitista. Pero las cosas están cambiando. De la página chavista aporrea.org, entresaco el siguiente comentario de Pedro Silva, quien se refiere a la entrevista del general Alberto Müller, y que dice así: "Müller menciona que Chávez está rodeado de alacranes, y que los anillos de seguridad han impedido que se le informe lo que acontece en nuestras zonas populares. Se va una persona (Müller) que estuvo cerca del Presidente y parece que no fue escuchado.
Ahora, ¿qué quedará para el pueblo llano?, sólo hacer una plegaria a nuestro Señor Jesucristo para que ilumine a nuestro comandante".
Y hay que recordar los cacerolazos otorgados al innombrable en las barriadas humildes y chavistas del Valle y los Próceres en Caracas. Y ni hablar del susto que pasó en Maracay cuando paseaba con el dictador de Bielorrusia y una turba enardecida rompió los cordones de seguridad para reclamarle su ineficiencia. Que oiga quien tiene oídos...
Ernesto García Mac Gregor /Médico
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