¿Independientes?



Hoy hace 200 años que un grupo de la más rancia aristocracia caraqueña -miembros del Cabildo de Caracas- logró el apoyo del pueblo para dar el primer paso para independizarnos del imperio español. A la luz de lo que hoy vivimos, no puedo sino concluir que la iniciativa que destituyó a Vicente Emparan y desembocó en la Guerra de Independencia fue un tremendo fracaso.

¡Tanta sangre derramada en aquella guerra fratricida para que hoy, 200 años después, seamos más dependientes que nunca! Porque ser independientes no es celebrar las fechas patrias ni hacer apologías de los próceres, ni invitar a oradores extranjeros para que nos digan que somos independientes.

¿Podemos decir que somos independientes cuando las políticas de gobierno dependen exclusivamente de los cambios de humor, veleidades y caprichos del Presidente de la República?

¿Podemos proclamarnos independientes cuando Fidel Castro tiene potestad para decidir qué se hace y qué no se hace en Venezuela?

¿Podemos alegar independencia si nuestro petróleo sólo sirve para subsidiar la falta de riqueza y no para crearla?

¿Somos independientes si dependemos del Gobierno para obtener los servicios básicos, bien malos, por cierto, sin ninguna otra alternativa?

¿Independientes? ¡No es independiente quien ha desmantelado su aparato productivo hasta el punto de depender de las importaciones para sobrevivir!

¿Somos independientes? Independiente es alguien que sostiene sus opiniones, no alguien que se ve obligado a opinar de una determinada manera.

¿Independencia? ¿Pueden considerarse independientes los ciudadanos si la justicia los mide con distintas varas y la interpretación y aplicación de las leyes cambia según quien sea el enjuiciado?

¿Y puede considerarse ciudadano alguien que sólo por pensar distinto al Gobierno de turno -mejor dicho, al régimen de turno- es considerado enemigo por éste? ¿Es eso independencia?

¿Independientes de qué, si se nos amenaza con una milicia armada hasta los dientes y los supuestos garantes de la soberanía y seguridad de la nación se hacen los locos?

No, señores, aquí no hay independencia. Lo que hay es una gigantesca falacia. Nuestros próceres perdieron su tiempo, su sangre y su esperanza. Vivimos en el peor de los mundos: dependientes, pero no de la Madre Patria (¡Ay, su majestad!).

Independencia es libertad y no hay peor esclavitud que la que proviene de la ignorancia, de las miserias humanas, de la estupidez.

¿Independientes?


Carolina Jaimes Branger

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