Para Álvarez Paz Libertad condicional



A Oswaldo Álvarez Paz se le ha concedido una libertad restringida luego de ser acusado de enemigo público por el simple hecho de haber expresado en voz alta una opinión que es compartida por muchos venezolanos.

Ahora el Gobierno, luego de mantenerlo injustamente en prisión por varias semanas, lo somete a otro escarnio: se le obliga (como un vulgar ratero) a presentarse cada quince días ante el juez de control y, por si fuera poco, se le impone la prohibición de salida del país.

El juez también le impuso la ya tradicional (y no por ello menos absurda) prohibición de tratar el tema ante la opinión pública.

Álvarez Paz dijo a los periodistas que estas restricciones a la libertad "son una vulgar rutina en el país" y precisó que existen "unos 3.000 venezolanos que están sometidos a regímenes de esa naturaleza. De manera que no puedo decir que me siento satisfecho en mi nueva condición".

Y no puede estarlo, porque la fiscalía lo encerró desde marzo pasado en una de las celdas del Helicoide (el Guantánamo bolivariano), acusado de conspiración y jamás pudo probar nada.

Y aunque hubieran movido y removido cielo y tierra no habrían encontrado prueba alguna porque Álvarez Paz es un demócrata convencido. De forma que al ministerio público no le quedó otro camino que retirar, entre gallos y medianoche, la imputación artera y conformarse con someterlo a juicio por "difusión de información falsa" e "instigación pública a delinquir".

Álvarez Paz ha sido, por desgracia, víctima de los militares bolivarianos no sólo ahora sino cuando era gobernador del Zulia, y los alzados del 4 de febrero lo hicieron preso por el simple hecho de defender la democracia. En aquel momento fue víctima de los conspiradores y hoy es acusado de conspirar por aquellos golpistas que hoy se han convertido en gobernantes. La diferencia es que Álvarez Paz jamás ha cambiado de bando ni se ha disfrazado de demócrata para destruir desde adentro el sistema de libertades que siempre han defendido los venezolanos.

Al salir de la prisión, Álvarez Paz fue rotundo al afirmar que estaba dispuesto "a seguir luchando en la defensa de los principios y valores en los que siempre hemos creído: en la libertad más plena del ser humano para opinar". De inmediato agregó que no se cansará de decir que "esos valores y principios siempre están en peligro en la Venezuela de hoy".

No hay duda de que, tras estos arrestos sorpresivos y sometimientos a juicio contra aquellas personas que se atreven a analizar y calificar el desempeño del Gobierno, existe un plan preconcebido para amedrentar y tratar de acallar las voces de la oposición. Pero la jugada represiva les ha salido muy al revés de lo que esperaban: en el plano nacional estos actos represivos sólo han logrado que la unidad se cohesione y se llene de coraje. En el exterior, la imagen del Gobierno cada día se ve más desteñida en lo democrático y más sucia por la corrupción.

Editorial EL NACIONAL

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