LA COSA SERÁ AL REVÉS



Con bastante frecuencia escuchamos que Chávez y su caimanera están instalando un esquema similar al de Cuba en Venezuela. Los arrodillamientos a los Castro, los círculos de protección a Chávez manejados por esos extranjeros y la infamia de permitirle a los cubanos meterse en donde les de la gana, crean la imagen de nos fregamos y pronto nuestros niños tendrán la banderita para el desfile obligatorio del camarada Raúl.

Ciertamente Chávez está envenenado por las ideas comunistas y por ello expropiar la industria de un “maldito” capitalista es una victoria existencial. La concepción primitiva de “nosotros somos los buenos” y “ustedes los malos” es propia de estas ideologías a las que les molesta razonar y odian las opiniones contrarias.

Que Chávez ama a Cuba y que quiere algo así para Venezuela está clarísimo. Que Chávez se ha fabricado el sueño de ser un nuevo libertador con la boina comunista de los años sesenta está más claro aún. Pero que Chávez pueda hacerlo no está tan claro.

Los humanos tenemos capacidad de deducir. Por ejemplo un vidrio roto del carro induce a pensar en un robo. Esto es lógica simple. Hay otras más elaboradas. “Si existe un abominable hombre de las nieves, deberá existir una abominable mujer de las nieves, pero hay algo peor, deberá existir también una abominable suegra de las nieves”.

Es posible que los venezolanos estemos usando esa lógica unidireccional. “Si Fidel quiere que Venezuela sea como Cuba y Chávez quiere que Venezuela sea como Cuba, pues seremos como Cuba”. Pero en este caso existe un elemento importantísimo y es que los venezolanos NO queremos ser como los cubanos. Todas las encuestas rechazan mayoritariamente al régimen comunista de la isla y el rechazo es tan grande que incluye a los propios chavistas que, valientemente con sus respuestas, arriesgan sus privilegios.

Chávez y sus malandros pueden seguir sacando leyes cubanas, cerrando medios, expropiando y cuanto se les ocurra, a sabiendas que no podrán dominar a los pacientes demócratas venezolanos. El incendio de las ideas no está caminando de Cuba para Venezuela, por el contrario, la libertad callejera de los venezolanos que critican y ridiculizan al gobierno cuando les da la gana y a viva voz contrasta abiertamente con el tapón de plomo que tienen los cubanos en la boca.

Chávez pone preso a líderes de oposición para meter miedo. Pero hay millones que siguen usando esa cosa simple, pero demoledora: decir lo que uno piensa. Aparecieron en Cuba. Una bloguera, huelguistas de hambre, matronas de blanco, artistas y muchos de los propios cubanos en Venezuela se están atreviendo. Saben ahora de hablar sin restricciones y quieren eso para su patria.

Ir por lana y salir trasquilado, dice el refrán. Es posible que de tanto acercarse a Venezuela, Cuba se incendie de libertad y democracia. Buen tema para una canción de Pablo Milanés.


Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es

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