La injerencia de cubanos en la Fuerza Armada


No hay nada más sensible en un país que la Fuerza Armada de la nación. De ella depende la soberanía y la seguridad de la República. Los capítulos de la Constitución de Venezuela que se refieren a la Fuerza Armada le señalan y definen su extraordinaria misión. Precisos y claros, consagran que es y debe ser apolítica, o sea, que no puede estar afiliada a ideología o militancia partidista. Cuando el legislador consagró estos principios tuvo presentes los contratiempos de antiguas experiencias que dañaron y debilitaron a la Fuerza Armada, utilizada en determinadas circunstancias con fines políticos personales.

La Constitución determina su carácter apolítico porque, al encomendarle la defensa de la soberanía nacional, le confía el monopolio de la fuerza y en consecuencia pone en sus manos las armas de la República. No puede ser politizada ni puesta al servicio de una parcialidad ideológica justamente porque la misión que le señala está por encima de los debates políticos, y todos los ciudadanos se sienten representados y protegidos por ella. Cuando esos principios constitucionales se pierden, peligra la defensa de la soberanía y se compromete seriamente la seguridad de los ciudadanos.

Es comprensible que una Fuerza Armada que responda cabalmente a lo pautado por la Constitución cuente con el respaldo y el reconocimiento más absoluto de los venezolanos. La ciudadanía se identifica profundamente con esos principios, y comprende que su bienestar personal y la soberanía nacional dependen de la preservación de lo establecido en la carta fundamental. Es comprensible, en este orden de ideas, la creciente inquietud que se ha apoderado de los venezolanos desde el momento en que los rumores de presencia de militares cubanos en el seno de la Fuerza Armada han sido confirmados por el propio presidente Hugo Chávez Frías. A las gravísimas denuncias del general Antonio Rivero, el jefe del Estado respondió con una frase lacónica: “Los cubanos nos ayudan”. Dicho y hecho. A confesión de parte, relevo de pruebas.

La inmensa mayoría de los venezolanos vio con simpatía y alivio cuando años atrás el presidenteChávez puso fin a una práctica inexplicable, como era el hecho de que una misión militar de otro país funcionara dentro del Ministerio de la Defensa. Fueron tajantes los argumentos presidenciales para terminar con la presencia de militares de Estados Unidos, o sea, de una potencia extranjera, en Fuerte Tiuna.


Al abrirle ahora las puertas a militares de otra potencia extranjera en instalaciones militares venezolanas, el Presidente se niega a sí mismo y niega o reniega de lo que antes hizo porque, sin duda alguna, sólo él es responsable de que Cuba campee en cuarteles e instalaciones de nuestra Fuerza Armada. No hacen falta los abusos de los cubanos denunciados, o “el sentirse dueños de la situación”, se trata de una potencia extranjera y esto atenta contra la soberanía nacional y pone en grave peligro los intereses estratégicos del país.

A la violación de la soberanía nacional que esto implica, consideraciones adicionales son necesarias. Desde sus excursiones y ocupaciones de países en África y sus intervenciones militares secretas en otros países, se le reconoce sus aptitudes y sus grandes recursos, pero al propio tiempo la carga ideológica del gobierno comunista establecido en la isla hace medio siglo contribuye a considerar la presencia de militares cubanos en la Fuerza Armada Nacional como un agravio a Venezuela, un agravio a la propia institución y un agravio a los venezolanos que queremos una Fuerza Armada como lo prescribe la Constitución. ¡Sin misiones estadounidenses ni cubanas ni de ningún país extranjero!

La soberanía de Venezuela está en peligro. Ya no es posible callar.

¡Pedimos la salida de todos los militares cubanos de Venezuela!

¡Por la plena vigencia del Estado de Derecho!

¡Por el respeto a la Constitución Nacional!

Movimiento 2D / Democracia y Libertad

www.movimiento2d.org

Caracas, 2 de mayo 2010

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