Dictadura en fraude constitucional




Llamemos a las cosas por su nombre y actuemos con la realidad como base. En Venezuela, lo que se está evidenciando es una dictadura utilizando fraudulentamente la Constitución nacional. Cuando al Presidente se le dijo NO a su planteamiento de reformar la Constitución en los temas planteados, cualquier ley o acto administrativo que genere un hecho jurídico que se refiera a esos mismos puntos, tal y como se está haciendo, es inconstitucional en forma clara y, por lo tanto, las leyes y decretos que tienen que ver con los puntos negados en el referendo del 2007 son y serán espurias y sus efectos nulos, pues se promulgan utilizando engañosamente la Constitución.

Hemos observado cómo personas calificadas hablan del caso venezolano, refiriéndose a una dictadura constitucional; eso es absurdo. Nuestra Carta Magna no deja espacio para tan malograda interpretación; sus principios básicos y normas generales son, en teoría, un muro de contención que el constituyente construyó precisamente para evitar la desviación, el exceso y el abuso de poder en burla a la legalidad. Nuestra Constitución no es socialista ni comunista y todo lo que se legisle con tales calificativos o con sus efectos es inconstitucional. La utilización de esa ley fundamental para cometer fechorías legislativas y administrativas no borra la condición írrita de tales actos y en latencia está la impunidad y nulidad de todos ellos, esto no prescribe.

Aquí en Venezuela no existe similitud con Cuba, país que contiene normas dictatoriales en su Constitución que garantiza a los Castro sus respectivas impunidades, desde un partido único hasta el control total de la sociedad. Pero eso es en ese país. Aquí la situación es otra, aunque los Castro gobiernen en Venezuela.


Israel Fernández Amaya

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