No es tiempo de mediocres




La acostumbrada huida de Chávez para escapar del escenario donde está siendo castigado se prolonga. Como pez en el agua ha compartido con sus homólogos dictadores de Libia, Argelia, Siria, Irán, Bielorrusia y el régimen ruso. Venezuela no le interesa. Sabe que existe una mayoría que rechaza su gobierno. Para él sólo sirve y lo motiva el dinero que produce el petróleo para gastarlo sin importarle las necesidades de los pobres así como la situación crítica de los hospitales donde no se presta una buena salud. Que se mueran, pensará mientras continúa en su festín, en ese sueño del socialismo del siglo XXI, intoxicación ideológica con la cual ataca al capitalismo pero el que a la vez le garantiza buenos negocios para obtener el dinero que le permite sostener el espectáculo que monta en sus andanzas con sus amigos del "eje del mal".

Su espíritu de granuja fatuo y megalómano, que le hace creer que él está en el centro de los acontecimientos políticos, lo estimulan a expresar toda clase de estupideces, confiando que los mismos se producirán tal como los manifiesta. De allí su exhortación a los judíos para que desconozcan a su gobierno demostrando así su profunda ignorancia por la historia de ese pueblo. El repudio expresado en el mundo en contra de su presencia en el poder a través del cual se le dijo: "No más Chávez", lo han hecho quedar como un despreciable dictadorzuelo. No entiende que la cyber-tecnología le está trazando el camino a la humanidad, en la que la política, lo social y lo económico no pueden escapar de su desiderátum.

El militarismo en el poder así como la partidocracia tradicional que aún se aferra a su existencia en nuestro país, con supuestos líderes sin historial, quienes repiten la misma cantaleta discursiva, los vemos como cada día se les cierran los espacios que aún creen tener. Es la sociedad civil democrática la que lleva la punta de lanza para desalojar de sus pretensiones de gobernar a quienes agotaron sus tiempos. Un militar fracasado como Chávez no puede continuar haciéndole más daño a este país con sus limitaciones y miserias. Igual ocurre con algunos políticos que como cadáveres insepultos quieren engañar de nuevo al pueblo. Los tiempos que vienen no serán de los mediocres.


Alberto Pineda/Abogado
Cortesia del Diario La Verdad

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