Caminar sobre brasas

Los factores y los actores sociales que aspiramos un cambio situacional democrático en el país, caminamos sobre brasas. Nos vendría bien emular a los que ejecutan esos ritos de iniciación, sanación y de prueba de fe para construir confianza y espíritu de equipo. Esa compleja tarea, que pasa por la construcción de alianzas perfectas de cara a las elecciones legislativas, lo demanda.

El país se cae a pedazos y el régimen -obnubilado por el poder- vive encerrado en su laberinto sin atender al clamor de la población que, lentamente, abandona unas esperanzas centradas en promesas electoreras y efectistas. En lugar de dar un cambio total a su tren ejecutivo, el "líder" -al margen de la Carta Magna- reorganiza el Gabinete al estilo del Gobierno español.

Crea vicepresidencias para más burocracia y acentúa el carácter esencialmente político de su accionar, al tiempo que anuncia un nuevo paquete económico -sin concertación con los sectores productivos- para reactivar la maltrecha economía y cerrar la brecha entre el dólar oficial y el innombrable paralelo. Un programa inflacionario condenado al fracaso.

Ante tal panorama, la única opción válida que tenemos es acentuar la movilización para enfrentar esa problemática en múltiples planos. Sin embargo, necesitamos con urgencia unos lineamientos que direccionen el accionar hasta ahora atomizado y disperso, percibido por la población como poco efectivo y en el peor de los casos, quietismo ante la catástrofe que vivimos por centrarnos en la actividad política, cuestión aprovechada por el régimen con la LOE y la libertad de expresión.

Debemos plantearnos una propuesta alternativa al chavismo, que articule sistemáticamente las posibilidades de aporte de los diferentes sectores y actores de la sociedad. Aprovechar las potencialidades de complementación, integración y "externalidades organizacionales" de los participantes. Es nuestro "talón de Aquiles" y principal desafío.

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