Isla hermosa



En el siglo XVI unos aventureros portugueses llegaron a una isla al Este de China. Les gustó y la colonizaron. Formosa (Hermosa) tuvo ocupaciones por varias naciones y en 1949 muchos chinos huyendo de la guerra civil se refugiaron en ella. Allí vino a dar también el Partido Nacionalista Chino, el llamado Kuomintang, quien trasladó con él la antigua jefatura de la República China. Formosa, hoy conocida como Taiwán, es interesante en muchos sentidos. Es pequeña, 36.000 Km2 y 22 millones de habitantes, y es reclamada como propia por la inmensa China continental de casi 10 millones de Kilómetros cuadrados. Pero Taiwán, por su parte, siente seguir siendo el genuino gobierno de China así que reclama el continente para sí. Por lo pronto, Taiwán trajina su independencia y ya es reconocida como Nación en muchos espacios.

Para enredar más las cosas Taiwán se convirtió en economía abierta y democrática y en 25 años pasó de ser pobre a tener hoy un PIB per cápita de 30 mil dólares y exportaciones de 250 mil millones de dólares al año. Nada mal para una isla del tamaño del Estado Barinas

Es difícil pronosticar el destino de Taiwán, quien de paso se ha convertido en uno de los mayores inversionistas en la China continental, pero los nacionalismos a veces enloquecen y no sería de extrañar una confrontación militar en el futuro. En cualquier caso hay varios aprendizajes. El primero es que para hacer a un pueblo próspero no se requieren recursos naturales. En Venezuela se nos va el aire repitiendo que somos un País rico porque tradicionalmente asociamos petróleo, hierro, aluminio etc. a bienestar.

La prueba de que eso es mentira no puede ser más evidente en nuestros días. Venezuela es hoy un País bastante destartalado y pobre, con miles de problemas y la pequeña clase media que teníamos se evapora con rapidez.

Otro aprendizaje es que tampoco se requiere mucho tiempo para cambiar las cosas. En Taiwán viven aproximadamente el mismo número de personas que en Venezuela y en pocos años alcanzaron unos niveles de calidad de vida y de servicios de primer mundo. El tercer aprendizaje es que esa prosperidad se hizo, principalmente, vía inversión privada. Gran envidia da que muchos de los peroles que importamos dicen “made in Taiwán”, pero en Taiwán es poco probable encontrar alguno que diga “made in Venezuela”.

Porqué el empeño de Chávez y su régimen en imitar a una isla cuyas exportaciones dan vergüenza, en donde casi todos sus habitantes preferirían irse a otro sitio y donde, ni siquiera, la libertad de expresión existe.

Que mal de ojo le echaron a Chávez que en vez de imitar a Taiwán imita a Cuba?. Porqué los cercanos a Chávez no dicen algo? Por qué condenar a Venezuela a una aventura comunista que fracasará, otra vez, por inviable?.Será que nos volvimos locos?. Será que existe la burundanga roja? En cuanto salgamos de este bodrio que no se nos olvide darnos una vuelta por Formosa.

Eugenio Montoro

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