Provocaciones




Mira, Armando, creo que la gente puede soportar un pésimo gobierno con la esperanza, a veces ingenua, de que saldrá pronto de él. Muchos lo tolerarán porque se saben corresponsables de la elección que hicieron en su oportunidad. Lo que yo creo que la gente no está dispuesta a aguantar es el desconocimiento brutal e inmisericorde a su condición de personas, a su elemental posición humana y el respeto mínimo a ese “estatus” universal que le viene dado por la naturaleza.

Eso de anunciar un racionamiento de energía eléctrica horas antes de implementarlo es como decirle a la población: “Sálvese quien pueda”, “Aguanten el porrazo”, “Cálensela”, desconociendo que en la sociedad que les ha tocado dirigir hay niños, enfermos, personas con discapacidad, mujeres embarazadas, ancianos, personas con familiares hospitalizados y un sinfín de situaciones particulares que tienen que ver con su mundo individual y familiar. Eso se traduce en un descarado desprecio a la condición de todos nosotros como personas, como humanos.

El trato que estamos recibiendo, querido amigo, es el que le da a una manada de animales y borregos que no piensan ni actúan racionalmente. Claro, cuando la manada amenaza con alzarse y convertirse en jauría, como ocurrió en la capital, el hombre del rejo se asusta y echa para atrás. Pero ¿a quién le duele el interior? A nadie en el Gobierno, Armando.

Ante la devaluación y el racionamiento eléctrico en apenas dos semanas del año, cabe preguntarnos: ¿No es esto una jugada de laboratorio político fríamente calculada para medir la capacidad de aguante de la población? ¿Está buscando o provocando el régimen una agitación espontánea para imponer un toque de queda y someternos a los controles propios de los regímenes autoritarios? ¿No se persiguen con estas medidas identificar a los grupos de presión y su capacidad de protesta e implementar todas las acciones destinadas a minimizarlos antes de las elecciones para la Asamblea Nacional? Yo creo que “los tiros” van por esas vías, Armando.

Lo que está minimizando el régimen es la respuesta al trato desconsiderado, inhumano y humillante que se le está dando a la población. Está menospreciando la capacidad de “generación de energía” de este pueblo, que hasta el momento sólo ha recibido las sombras de un régimen corrupto, ineficiente y cruelmente inhumano. Cuidadito, compadre, cuidadito.


Luis Homes Jiménez /Abogado

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