LA VENEZUELA BUENA



Creo que fue Felipe González, el político español, quién dijo que los comunistas saben distribuir bien la riqueza pero no saben como crearla.

La Venezuela de nuestros días es un buen ejemplo. Ayudado por un sorpresivo aumento de los precios del petróleo, Chávez ha repartido reales por todas partes. Ha inventado las Misiones y en su delirio de grandeza ha forrado los bolsillos a unos cuantos gobiernos. Pero Chávez ignora que todo esto lo ha podido hacer como consecuencia de una infraestructura petrolera, generadora de riqueza, que ya existía mucho antes de que él vendiese sus arañitas en Barinas.

Chávez ha repartido la riqueza que sus antecesores crearon. Pero eso no es suficiente. Los Países crecen en población y si no se aumenta la generación de riqueza a esa misma velocidad se tiene un País más pobre cada día.

Esto pasa en Venezuela. Chávez con sus estupideces comunistas ha destruido la iniciativa privada. La Venezuela 2010 es un inmenso desastre y por ello este gobierno se derrumba como las montañas de Vargas luego de una constante lluvia de palabras y decisiones emocionales y vacías. Chávez y sus adoradores ya son historia. No pueden controlar la diarrea de problemas que ellos han originado. El fin del régimen, electoral o no, es de una certeza solar.

Hay una inmensa tarea para los políticos, empresarios, periodistas, curas, trabajadores, estudiantes, comerciantes formales e informales, militares, médicos, ingenieros, economistas, policías y todos los que quieren construir un País decente. Un País donde se pueda caminar tranquilo por cualquier calle a cualquier hora.

Un País donde la corrupción no exista. Un País donde la gente se aprecie a pesar de sus diferencias. Un País donde todos los años se creen más empresas y más puestos de trabajo. Un País amigo de sus vecinos. Un País dedicado a producir sus alimentos y fabricar miles de cosas. Un País donde de gusto pasear por sus carreteras.

Un País que ayude a salir de la pobreza a su gente vía la dignidad del trabajo. Un País donde los gobernantes anden sin guardaespaldas y la gente los salude con respeto.

Hemos estado tanto tiempo inmerso en la cloaca de la ineficiencia, la mentira, el robo de los dineros públicos, los negocios arreglados, el uso indebido de la influencia, la justicia parcializada y otros centenares de inmundicias que un País decente nos parece una fantasía. Pero no lo es.

Venezuela es un País de alegría. Los chistes son tan abundantes que suavizan los muchos problemas. Pero llegó la hora de que todos apuntemos al mismo norte. Los nuevos dirigentes a hacer un gobierno honesto.

Los ciudadanos a mejorar todo lo que podamos. Un País es como una gran orquesta y la única forma de que suene bien es que todos los integrantes armonicen la gran canción de la Patria. Si que hay futuro. Existe la Venezuela buena.


Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es

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