Por culpa del Niño



Es cierto que el fenómeno del Niño tiene algo que ver con la crisis eléctrica, pero la verdadera razón del fiasco es la falta casi total de mantenimiento e inversión en este rubro durante los diez últimos años. Gran cantidad de unidades generadoras de flujo eléctrico están paralizadas. Se calcula que el 57 por ciento de la capacidad nacional instalada no funciona. En el Guri, por ejemplo, siete de las 20 turbinas están paradas, pero no por culpa del Niño, sino porque están deterioradas. Así caiga un diluvio y llene la represa la falla continuará. De modo que olvídense de que esta situación de hecatombe se arreglará en mayo. En Planta Centro (Puerto Cabello), para ilustrar con otro ejemplo, una explosión en octubre de 2009 destruyó una de las cinco unidades, otras tres son insalvables y la única que queda trabaja a 70 por ciento de capacidad.

A esta dolorosa verdad hay que agregar otra aun peor y más humillante. Colombia suplía a este nuestro superpaís petrolero con siete millones de metros cúbicos de gas. Por diferentes razones, el flujo ha bajado a 2.3, lo que ha traído como consecuencia el cierre de algunas plantas eléctricas que utilizaban este tipo de energía.

En 1999, los expertos en el campo energético hicieron su diagnóstico y expusieron las recomendaciones para planificar la ampliación del sector y así satisfacer la creciente demanda. Sin embargo, sólo se cumplió con un 10 por ciento de lo planeado. Las 300 plantas importadas de Cuba, por ejemplo, no son rentables ni rinden en proporción a lo esperado.

Las soluciones planteadas incluyen acabar de cerrar la industria del metal, que ya funciona a 40 por ciento de capacidad; traer agua del río Amazonas y otros disparates como el racionamiento absurdo, inconsulto e inoperante actual que se cumple en el país con la excepción, por supuesto, de Caracas. Que oiga quien tiene oídos...


Ernesto García Mac Gregor /Médico /garciamacgregor@gmail.com

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