Los más inocentes del mundo



Los más inocentes del mundo

28.12.2010
08:39 AM


La cosa comenzó por allá en 1997 y se consolidó en 1998. Venezuela creyó que Hugo Chávez era el gerente público capaz de sacar a Venezuela de tanto retraso, tanta corrupción, tanto desorden. La gente pensó que un militar, golpista y todo, podía con su supuesta disciplina cuartelaria enderezar tanto malandrinaje, tanta falta de seriedad y tanta falta de rigurosidad administrativa. La gente pensó que ciertamente este militar podía encaminar al país y colocarlo en la vía al desarrollo.


¡Cayeron por inocentes!


A la gente se le advirtió por todos los medios posibles que este militar, además de golpista, era y es comunista hasta los tuétanos. Se contó la historia de la Universidad de la Habana, los viejos vínculos con grupos guerrilleros colombianos y locales, su militancia con el comunismo cubano. Se contó el recibimiento de Estado que le dio Fidel al hombre en Cuba. Todo un Dios allá. Dijo, sin que le temblara un ojo, que freiría las cabezas de adecos y copeyanos y que voltearía al país como una media. Nadie lo creyó ciertamente. Creyeron en su palabra. Chávez negó eso y más. No soy comunista, no tengo nada que ver con el comunismo de Fidel. Soy un reformista, demócrata, tercera vía. Y así.


¡Cayeron por inocentes!


Dijo que una Constituyente permitiría redactar la mejor Constitución del mundo y a partir de ahí se podría trabajar con nuevas reglas y normas por la construcción de un gran país, con verdadera justicia social y con rumbo cierto hacia el desarrollo. Dijo que le daría prioridad a la vivienda, a la generación del empleo de calidad, que se afincaría en unos llamados ejes de desarrollo. Habló de superar la dependencia petrolera y se apropió, otra confiscación más, la consigna de Uslar Pietri "hay que sembrar el petróleo". Dijo que trabajaría por una Venezuela unida, sin exclusiones, utilizando los mejores recursos humanos y solamente pensando en el interés del país.


¡Cayeron por inocentes!


Dijo que construiría casas, hospitales, ambulatorios. Dijo que construiría muchas escuelas. Dijo que levantaría universidades monumentales. Dijo que él país tendría escuelas llamadas bolivarianas con las tres comidas para los muchachos y atención médica en el sitio. Dijo que un gasoducto uniría a Venezuela con Argentina, habló de gallineros verticales, cultivos organopónicos, el parque de agua de La Carlota, la universidad de Miraflores. Se cansó de mostrar maquetas de nuevas ciudades socialistas y un plan de cooperativas que sería la salvación de las clases populares.


¡Cayeron por inocentes!


Dijo que expropiaría Sidor, las cementeras, proveedores y empresas relacionadas para poder construir miles y miles de viviendas. Dijo que expropiaría miles de haciendas y fincas para eliminar el latifundismo y alcanzar la soberanía alimentaria. Dijo que con la Policía Nacional acabaría con la delincuencia. Dijo que el sistema eléctrico nacional estaba fallando debido a la falta de inversión de la cuarta república, pero que ya estaban tomando medidas. Dijo que la sequía producía problemas de generación eléctrica. Dijo que expropiaba el Sambil de Candelaria para dárselo como sede a la Policía Nacional, para que sirviera de centro gastronómico, para que fuera la sede de una universidad, para que fuera la sede de pequeñas empresas de producción social. Terminó siendo un refugio. Dijo que haría de Pdvsa una mejor empresa de lo que fue. Está quebrada.


Ha dicho tantas cosas. Ha dicho tantas mentiras. Y las que faltan.


Lo único claro: ¡Cayeron por inocentes!

Twitter: @ejrl

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