Las venas abiertas
El libro Las venas abiertas de América Latina, que Chávez le obsequió "con afecto" a Obama y que lo convirtió de la noche a la mañana en best seller de Internet, es un compendio de vacías estupideces que trata de justificar nuestra indudable inferioridad ante países que han surgido y triunfado. Esta especie de vademécum para idiotas, escrito por el uruguayo Eduardo Galeano en 1971, era como una biblia para los retrógrados izquierdistas de entonces.
Narra de manera melodramática y llorona, cómo los cochinos imperialistas (estadounidenses y europeos), a través de los siglos, han succionado la sangre de nuestro violado y explotado hemisferio, convirtiéndolo en pobre y atrasado.
Lo que no narra Galeano es que la rica Corona española desde sus inicios se dedicó a exportar sus metales preciosos sin preocuparse por crear otras fuentes de ingreso. Inglaterra, que no poseía minas, se vio en la necesidad de fundar manufacturas que la conducirían a la era preindustrial, mientras que la madre patria se dormía en sus laureles, tal como la Venezuela petrolera de hoy.
Lo que no se menciona es que Latinoamérica era una potencia económica cuando todavía EEUU era eminentemente rural. Se oculta que esta última se independizó 30 años antes que nosotros y que desde entonces no ha habido un solo golpe de Estado. Que mientras nos consumíamos en caudillismos y guerras intestinas el pueblo estadounidense, a partir de 1880, guiado por el capitalismo y el esfuerzo, produjo un excedente de recursos que se desbordó por sus fronteras.
Cuando surgió nuestro petróleo, tuvimos que recurrir a ellos para que realizaran el trabajo tecnológico que no sabíamos hacer, y para colmo, esa inmensa riqueza provocó el colapso de la agricultura, único polo de trabajo creador del venezolano. Mejor le hubiera regalado el libro Manual del perfecto idiota latinoamericano. Que oiga quien tiene oídos...
- Ernesto García Mac Gregor /Médico
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