LA DESTRUCCIÓN DEL CAMPO



Verdades Dolorosas

Ernesto García Mac Gregor/garciamacgregor@gmail.com



La semana pasada comenzó la expropiación de 50 haciendas en el estado Lara a pesar de estar en plena producción. La finca El Piñal, perteneciente al grupo irlandés Smufit se dedicaba a la siembra de eucaliptos utilizados para la fabricación de cartón y papel. La excusa de Diosdado fue que los únicos que se beneficiaban eran los propietarios de la empresa.
La hacienda Tamarindo, con documentos de titularidad desde 1834, fue invadida por el INTI. Con la excusa de analizar el suelo le pasaron tractor a 30 hectáreas de caña de azúcar, ordenaron paralizar el sistema de riego y amenazaron con destruir el resto de las 400 hectáreas. Cerca de allí, la finca ganadera El Maizal, que sí tiene estudios de suelos que prueban sólo aptos para este menester fue confiscada sin explicación.
La Central Azucarera de Cariaco, fue tomada por un grupo de conuqueros para hacer una empresa socialista instigada por Chávez. 600 familias, 1500 trabajadores directos y 1200 indirectos están afectados.
Los saraos, saraítos, fundos zamoranos no han logrado ser productivos. Las haciendas invadidas se encuentran desoladas. La agroindustria, bajo el esquema de cogestión, ha servido para el robo de miles de millones, como el caso de la Central Ezequiel Zamora que ya en su noveno año como empresa socialista no ha producido un grano de azúcar. Mercal y Pdval proveedores de subsidios y propaganda chavista, también se han convertido en una fuente inagotable de corrupción.
No se debe olvidar que el Zulia se convirtió en el primer productor de carne y leche del país por el esfuerzo de sus ganaderos (latifundistas), y no por el de sus campesinos (conuqueros). Ahora, con el indigenismo de moda mal interpretado (delimitación de tierras) se pretende que los motilones recobren sus comarcas ancestrales y eliminen las haciendas productivas porque ellos estaban allí primero.

Que oiga quien tiene oídos…

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