¿Serán masoquistas?
Después de 12 años de socialismo del siglo XXI, los ricos se triplicaron en número mientras que los necesitados se hicieron más pobres que antes. Según una investigación del Centro de Estudios Sociológicos y Antropológicos de LUZ, los estratos privilegiados de mayor poder adquisitivo, A-B, pasaron de 10,13 por ciento en 2007 al increíble 29 por ciento en 2010. Por su parte, el estrato D (cubren la canasta alimentaria pero no la básica) se redujo del 40,39 al 37 por ciento, pero no porque subieran de categoría sino porque bajaron a engrosar el estrato E de la pobreza extrema, el cual se incrementó en un 4.17 por ciento. En otras palabras, los pobres crecieron cuantitativa y cualitativamente en su pobreza y la clase privilegiada en su riqueza.
Interpretaciones hay muchas, pero lo que salta a simple vista es que este gobierno con la corrupción reinante, el reparto indiscriminado de dinero social, que en vez de llegar a los pobres se queda en los bolsillos de los de arriba, ha agravado el problema de la pobreza extrema. El reparto de las misiones se ha convertido en criadero de vagos que antes trabajaban y que hoy chupan de la mamila del Estado en espera de una invasión o expropiación, acción esta última que ha dejado a miles de venezolanos sin trabajo. Por otra parte, 70 por ciento de los que comienzan la escuela primaria (Misión Robinson) no llega a la universidad o la abandona (Misión Ribas).
Se acabó con la producción nacional y se sustituyó por importaciones que después se pudrieron en los puertos. El mes pasado incineraron 200 toneladas de medicamentos vencidos. Ante el fracaso de Barrio Adentro y la ruina del sistema de salud venezolano se tiene que recurrir al sector privado, que resulta el más favorecido. Y pensar que los estratos que más sufren en carne propia todas las penurias de este mal gobierno son los que mantienen al chavismo. Que oiga quien tiene oídos…
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