Así hubiese quedado el país sin la Lope aprobada


El PSUV es la primera minoría. Los resultados del pasado 26-S revelan que el partido rojo dejó de ser la fuerza arrolladora de otrora. Y aunque el número de diputados no coincida con la cantidad de votos obtenidos, la oposición puede sentir orgullo de haber capitalizado el 52 por ciento de la voluntad popular.

Desde que la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lope) estaba en discusión, la intención del partido de Gobierno estuvo clara: Seguros de ser mayoría, redujeron al mínimo la proporcionalidad (hasta el 30 por ciento de los cargos sólo para las listas) e hicieron que un nuevo sistema electoral los favoreciera al darle muchos más cargos de los que proporcionalmente les correspondían.

Y resultó el 26-S. Un estudio del profesor de ciencias políticas de la Universidad del Zulia (LUZ) José Enrique Molina, precisa que con la Lope el PSUV se adjudicó el 59,4 por ciento de los escaños, pese a haber obtenido 48 por ciento de los votos; mientras la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tuvo que conformarse con el 39,4 por ciento de los diputados, y acumuló 47 por ciento de los votos.

“La distorsión de la voluntad popular fue producto de haber cambiado el sistema electoral”, asegura el catedrático de LUZ , quien además señala que la redistribución de los circuitos terminó de colocarle la guinda al pastel en estos comicios: “Lograron que en algunos estados, aun siendo minoría, obtuvieran mayoría de diputados, como el caso de Carabobo, Amazonas, Mérida, Miranda y Distrito Capital”.

Para Molina, lo que la Lope implementa es un sistema que además elimina a las terceras fuerzas, tal como ocurrió con el PPT, que aun con una votación significativa como la que obtuvo (354 mil 767 votos), sólo consiguió dos diputados.

Pero el escenario hubiera sido otro si la ley que rigiera fuera la de Sufragio y Participación Política de 1998, la cual aplicaba un sistema de representación proporcional personalizada para todos los cargos.

Un ejercicio realizado por el también abogado da cuenta de cómo hubiese quedado el país si desde la Asamblea Nacional nada se hubiese hecho para amoldar la ley a favor del oficialismo.

Manteniendo los mismos circuitos, las mismas entidades, los mismos candidatos, e incluso la misma proporcionalidad (70-30), pero aplicando la fórmula de cargos de diputados electos de la ley anterior, la fotografía sería: 87 diputados para el PSUV. 75 diputados para la MUD. 3 diputados para el PPT.

Ahí están los números, y tal como lo afirma el especialista: “Si el Gobierno persiste en las políticas que lo han llevado a ir perdiendo apoyo popular, en dos años (2012) su situación va a ser peor de la que fue el 26 de septiembre”.


Fuuente

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