Manada de asesinos




En 1964 nació la FARC pro soviética, en 1965 el ELN comunista pro cubano, en 1967 el EPL de inspiración maoísta, y finalmente en 1970 el M-19. A diferencia de Venezuela que liquidó sus guerrillas rápidamente a sangre y fuego, en el vecino país le dieron cuerda. En 1997, la rendición incondicional por parte de Samper y posteriormente Pastrana de 55 mil kilómetros de territorio patrio, permitió el control absoluto del 60 por ciento del país por estos asesinos.

La asociación con la gangrena capitalista del narcotráfico logró la consolidación de la anarquía. Seiscientos municipios infiltrados, 100 alcaldes electos por la narco guerrilla, reforma de la Constitución para evitar la extradición y miles de viles asesinatos de mujeres y niños para provocar el caos y el pánico.

Las conversaciones de paz fueron pura paja. En 1985, la FARC cesa las hostilidades y funda su partido democrático Unión Patriótica. En 1989, el M-19 después de causar más de 100 muertes en la frustrada toma del Palacio de Justicia depone las armas a cambio de un indulto y también funda su propio partido. En 1990 le toca al EPL hacer las paces y en el 94, un grupo del ELN cambia las armas por dos cómodos curules en el Congreso. Pero lo cierto es que después de múltiples masacres, todos los guerrilleros regresaron a sus andanzas asesinas.

Fue el ex presidente Uribe quien logró reducir los grupos insurgentes a su mínima expresión con la ayuda, precisamente del presidente electo, Santos, quien a su vez sabe que la única solución al problema colombiano es el exterminio total de la guerrilla. Las conversaciones de paz están fuera de lugar. No se puede negociar con asesinos y mucho menos tildarlos de fuerzas beligerantes o movimientos políticos armados como lohace el innombrable, quien además declara que esa manada de asesinos "tiene un proyecto bolivariano que en Venezuela se respeta". Que oiga quien tiene oídos...

Ernesto García Mac Gregor /Médico

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