Dos genios y Napoleón




Reacciones similares tuvieron dos genios de la humanidad frente a Napoleón Bonaparte: Bolívar y Beethoven.

Como sabemos, Bolívar nació en 1783 y murió en 1830. Beethoven nació en Bonn en 1770 y murió en Viena, ciudad en la cual vivió la mayor parte de su vida en 1827. Fueron contemporáneos.

El Libertador fue un genio militar y político. El desprendimiento de Bolívar por la causa de la libertad es impresionante. Para el genio americano sólo la gloria podía satisfacer su ego.

Beethoven, otro gran genio, llevó una vida llena de dificultades, de fracasos amorosos y de una sordera que lo convirtió en un ser insoportable; aún así compuso grandes sinfonías, algunas de cuales nunca oyó. El gran Beethoven era admirado como compositor musical, pero su carácter irascible lo mantenía alejado de los amigos, a los cuales fue perdiendo paulatinamente.

Era una verdadera tragedia que él, con su inmenso talento, pudo superar componiendo las más bellas obras musicales en el horroroso silencio de su sordera. Además del drama de sus vidas, los unió su actitud frente a los tiranos, frente a la libertad.

El Libertador tuvo la oportunidad de estar presente en la coronación de Napoleón.

Quien había llegado a gobernar Francia, supuestamente para hacer realidad los principios de justicia, igualdad y fraternidad, se abandonó al goce y disfrute del poder y en prosaico acto se coronó él mismo en presencia del mundo.

Bolívar, muy joven, ante aquel acto indigno de un guerrero, aborreció a Napoleón.

Más de una vez le fue propuesto a Bolívar se coronara como rey absoluto de estas naciones. Lo rechazó.

Beethoven admiraba a Napoleón por sus hazañas. Dedicó una sinfonía al corzo. Así aparece en el original que se conserva.

Cuando se corona emperador Bonaparte, Beethoven, enfurecido, resuelve borrar el nombre de Napoleón de su sinfonía y le pone La Heroica.

Napoleón entró a cañonazos a Viena y esta ciudad se rindió en 1809.

Los seres verdaderamente superiores rechazan la tiranía, el sojuzgamiento. Para lograr los altos fines de su genio necesitan de la libertad. Ningún gobernante tiene el derecho de mandar en la vida de los ciudadanos. Es simplemente un servidor público sometido al control del soberano.


Antonio Márquez Morales
Periodista /amarquezm@yahoo.com

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