CHÁVEZ Y LA FAJA
La integridad es uno de esos conceptos bonitos sobre los que se puede hablar hasta el cansancio. Se asocia con lo bueno y lo útil. La integridad personal invita a explorar varios campos del saber para “integrar” (unir) en una sola persona el mayor conocimiento posible. El ejemplo típico es Leonardo Da Vinci quien un día diseñaba una catapulta y al otro destripaba un cadáver para ver como era por dentro.
También está la integridad moral que es la capacidad de decidir como individuo, coherentemente, a pesar de las situaciones adversas. Pero la más conocida es la sintonía de una persona en su pensar, su hablar y su actuar. El caso del cura Alberto que día a día predicaba que había que portarse santurrón y los fines de semana él se iba de parranda es un buen ejemplo de falta de integridad.
Mefístoles se ufanaba de tener como amigo a un líder político de importancia. Pero el día que a ese líder lo pusieron preso por opinar en contra del gobierno, el tipo se “chorreó” y empezó a ocultar esa amistad. Un cobardón incoherente. Nada nuevo, hasta San Pedro lo hizo tres veces con Jesús.
Por su parte, la falta de integridad de Chávez es observable en diferentes facetas. La principal es levantar la Constitución y decir que hay que defenderla, mientras la hace papilla con las leyes comunistas cubanas. Pero esos casos ya son harto conocidos. Hay uno especialmente interesante que de seguida comentamos.
La faja petrolera del Orinoco es mencionada por Chávez como la mayor reserva del mundo. Casi sugiere que “ahora es cuando tenemos cobres” y hasta da la impresión de que él mismo puso el petróleo allí. Por otro lado asiste a cuanta “cumbre” (les cogió el gusto) denunciando a las naciones capitalistas por el calentamiento global, pues ellos son los responsables de las emisiones contaminantes y “solo el socialismo podrá salvar al planeta”.
La falta de integridad de Chávez en este asunto consiste en que, conociendo que el mayor responsable de la contaminación es el petróleo y sus derivados, simule que él no tiene nada que ver con eso y no muestre a la faja del Orinoco, también, como un problema gigante de contaminación potencial. Claro que no estamos proponiendo cerrar la extracción de petróleo, pero todo país que lo produce debe aceptar, humildemente, su cuota de responsabilidad sobre el calentamiento global y ayudar a buscar soluciones tecnológicas en vez de, simplemente, criticar a otros.
La falta de integridad tiene su precio. En realidad es prima hermana de la mentira y esa no es gratis. Hablar paja a diario de los imperialistas yanquis mientras les seguimos vendiendo petróleo y les compramos mercancías a montón, es otra de las más indecentes facetas de este régimen.
Para los Chavistas con integridad llegó el momento de saltar la talanquera. Este Pinocho inmoral no los merece de jefe y, de paso, ya no va a ganar una elección más.
Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
Recibido por correo electrónico
Comentarios