"Mascaro"... dame cuatro




- Carolina Jaimes /Periodista - - 19/01/2009 00:01 19
En su cadena perpetua del martes pasado, el presidente Chávez pidió supervisiones "sin aviso". ¡Celebro que pida supervisiones! Porque si se hicieran supervisiones a menudo y en todas partes, otro gallo cantaría.

Chávez habló de que ha descubierto fallas cuando ha llegado sin anunciarse a ciertos sitios (cosa difícil de creer, pues la Casa Militar se presenta con anticipación en todos los lugares que el Presidente visita), y esas fallas las atribuye a distintos factores, pero en ningún caso a la corrupción galopante de un buen número de "revolucionarios", que juran tener el corazón del lado izquierdo, pero cuyos repletos bolsillos están bien instalados del lado derecho. Si los supervisores no buscan dónde es, no van a encontrar ni a un chino de Recadi.

Dicen que hay tres cosas que no se pueden esconder: el amor, la tos y el dinero. Y los corruptos de hoy se diferencian de los corruptos de ayer en que aquéllos disponían de muchos dólares baratos y éstos disponen de muchos dólares caros. En nada más. Y uno se pregunta de dónde sacan tantos dólares (¿o serán todos viáticos?), porque es difícil explicarse cómo con un cupo de $ 5.000 (año 2008) se puede salir de la tienda de Vuitton, de la de Ferragamo y de la de Gucci con sopotocientas bolsas llenas de carteras, ropa y otras "menudencias" si se cuenta sólo con los dólares de Cadivi.

Hace poco, en una perfumería en Aruba, un señor con una gorra roja con siglas de una institución del Estado venezolano, cargado de bolsas, todas de marcas conocidas (en bajo perfil sacó cero), se acercó a una de las dependientas y le preguntó cuál era el perfume más caro que había en la tienda. "¿Mascaro?", le preguntó ella… "no hay… esa marca no la tenemos". Suena a chiste pero no lo es. Es una tragedia. Y es difícil creer que alguien busque un perfume por su precio sin saber si le gusta o no y encima de todo, pida el más caro.

Cuando al fin logró que la joven entendiera que "mascaro" no era una marca sino un precio, le gritó a la esposa: "Mi amor, mira, éste es el más caro, para que te lo compres"… "Pero ése es una colonia para hombres", le dijo la muy confundida joven.

Y es que si antes la consigna era " 'ta barato, dame dos", ahora es "mascaro, dame cuatro". Una recomendación para los supervisores: caigan sin avisar por las tiendas más caras del mundo. Se sorprenderán de lo que encontrarán... De los "tabaratos" a los "mascaros": El mismo mono con diferente cachimbo.



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