LA FIEBRE PALESTINA POR ENDER ARENAS




Vanesa Davies escribe una columna de educación sexual en El Nacional. Usted puede leerla o no, total, para la señorita Davies educación sexual significa que uno debe dar las gracias después de hacer el amor. Por mi parte empecé a leerla compelido porque desde mis años de estudiante era acosado por mi abuelo que me decía: “los tocamientos impuros te dejarán ciego, mijo”. Buscando una orientación que aliviara las culpas de mi alma, pues desde esos días, haciendo caso omiso de dicha lección, hice mía la expresión “la masturbación mata, pero el estudiante no teme a la muerte”. Bueno, de verdad, el mérito de esa columna es que pasa por seria, pero de la que uno no saca nada en claro.

Pero la señorita Davies -digo señorita en el sentido literal del término-, a pesar de sus idas y venidas ideológicas y su ambigüedad profesional, me parecía, en este punto, algo seriecita, pues investigar sobre el tema siempre implica trabajo, aunque algunos de sus artículos se titulaban al mejor estilo Cosmopolitan, por ejemplo: “Cómo lograr un orgasmo y no morir en el intento”.

Por eso verla en VTV con un velo islámico en un supuesto homenaje a Palestina conduciendo su programa Contragolpe, además de hacernos mear de la risa nos produjo vergüenza ajena, no sólo porque la Davies confunde gentilicio con religión, sino por la aviesa manipulación de un hecho no sólo doloroso sino en el fondo para justificar una metida de pata en la política exterior del Gobierno venezolano al expulsar al embajador israelí.

Pero, seamos justos, lo de la Davies no es producto de los sentimientos de solidaridad de la periodista con los palestinos, probablemente si el comandante Chávez hubiese tenido una posición más mediadora y moderada otro hubiera sido el proceder no sólo de la periodista sino de otros, el canciller y el ministro de Justicia e Interior, que nos sorprendieron a todos cuando con su keffiyeh se fueron a una mezquita y de un carajazo le dieron a un problema político, que debería ser tratado con mesura, un sesgo religioso. Tan ridículo y cómico como la Davies, pero en horario vespertino.

Estamos frente a un régimen que no entiende que en política la contradicción blanco-negro está mediada de matices grises. Que no hay buenos ni malos y que la negociación, el acuerdo y la deliberación son los ejes de una política democrática y civilizada y que las guerras religiosas, esas que nacieron en la primera noche de los tiempos, y mediante la cual se mata en nombre de Dios, deben terminar mediante acuerdos para el fomento de una paz civil duradera, descargando a la política de la idea de verdad absoluta. Claro, pedirle eso al régimen es demasiado, al fin y al cabo esta gente es tan fundamentalista como los que se matan en el Medio Oriente.


Diario la Verdad

Comentarios

Anónimo dijo…
al parecer eres colombiano que coño te interesa meterte en los assuntos de venezuela y si eres venezolano el chavismo es mayoria y mena te debe dar hablar de palestina como que eres tan inhumano que no piensas en los miles de muertos que hay y tu lo que haces es un chiste que verguenza

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