La puntilla a la carrera diplomática



Con esta tercera reforma de la Ley del Servicio Exterior el gobierno toma control total de la Cancillería y sepulta lo que quedaba de meritocracia

Las ilusiones de un Servicio Exterior profesional insuflado por la primera reforma mueren con está última. Se acaba de aprobar en segunda discusión el proyecto de Ley Orgánica del Servicio Exterior. Este es el tercer proyecto que se aprueba dentro del mandato del presidente Chávez y es un cambio radical al dar todo el poder al presidente y sepultar la profesionalización del servicio. Un bonito comienzo La posibilidad de cambiar la ley del Servicio Exterior, que regula al personal diplomático y consular que labora en la Cancillería, a partir de la que estuvo vigente desde 1961 estuvo planteada varias veces durante la República Civil, pero fue con el advenimiento de chavismo al poder cuando se concreta una primera ley que llenó de entusiasmo a los trabajadores de la Casa Amarilla. En 2001 se aprobó esta ley que consagraba la Carrera Diplomática, incorporaba a los diplomáticos de larga data sin concurso, establecía que sólo 50% de los embajadores debían ser nombrados por el presidente e instauraba mecanismos independientes para el ingreso y ascenso de los funcionarios diplomáticos. Se abrieron concursos y, cada año, ingresaban decenas de nuevos Terceros Secretarios a la Carrera.

El frenazo
Pero el reino de la meritocracia duró poco. Manejar un servicio exterior profesional, acostumbrado a lidiar con un mundo moderno, globalizado, de apertura de mercados, preñado de una visión democrática de país, pareció una rémora insoslayable para el gobierno bolivariano. Esto se hizo crítico luego de los eventos de 2002 y 2003. Allí se produjo el primer giro. Los ingresos a la carrera siguieron pero los nuevos secretarios no eran formalmente incorporados a ella. Se le hacían pasar por nuevos seminarios de ideologización basados en cursos sobre la revolución, el marxismo y la “nueva” visión procubana de la Casa Amarilla, ahora transformada en Casa Rojilla. Entonces vinieron nuevos cambios formales. En enero de 2004 se dicta la Reforma Parcial del Reglamento del Ministerio, que crea cinco 5 Viceministros por aérea geográfica, pero cuyo objetivo era “ tomar el control político del MRE desplazando la vetusta institucionalidad”. En agosto de 2005 se reforma parcialmente la Ley del Servicio Exterior y, entre otras cosas, se le da al presidente la potestad de nombra el 100% de los Embajadores.

El retroceso
La intencionalidad del proyecto recientemente aprobado se ve muy claro en palabras del diputado Roy Daza cuando dijo: “Los cambios que se aplicarán al instrumento serán propicios para adaptar aún más el Servicio Exterior a las nuevas realidades que plantean el presidente Chávez y los demás líderes que le acompañan”. Para esto el artículo 11 del proyecto reza: “todos los cargos de la Cancillería, tanto del servicio interno como externo serán de libre nombramiento y remoción”. Con lo cual se acaba la Carrera Diplomática. El asunto se hace más grave pues también se aprobaron disposiciones transitorias que facultan al Presidente para que dicte el reglamento de la ley, así como un Estatuto del Personal de Servicio Exterior y del Servicio Consular. Esta es la puntilla final que necesitaba el gobierno para liquidar la Carrera Diplomática.

Alfredo Michelena

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