Las 5 fases que atraviesa el maracucho cuando se va la luz (Pa´que te riais un poquito)
Primera fase
¡A la vaina! Se fue la luz!
En esta primera fase, el maracucho no puede creer que se le fue la luz. Se niega a aceptar que se va a perder la novela y, aún peor, que se le van a echar a perder los bollitos pelones que tiene en la nevera. Es común que se ponga a mirar por la ventana pa’ ver si a la vecina también se le fue o es que el marido dejó de pagar la luz.
¡Se fue la luz!
¡Desenchufen los aires!
Una vez que el maracucho acepta que se quedó sin luz es mejor que te le quitéis del frente porque la puede agarrar con vos. Además de que se llena de ira, empieza a desconectar todos los aparatos eléctricos que existan en la casa, empezando por los aires acondicionados, la nevera y el televisor. De hecho, uno de los primeros signos de que se fue la luz es que alguien empiece a gritar como loco: ¡Desenchufen los aires! ¡No le den bomba al güater!
¡Desenchufen los aires!
Tercera Fase
¿Dónde está la linternaaaa?
En esta tercera fase, el maracucho empieza a buscar la linterna que no aparece por ningún lado y, una vez que la encuentra, se da cuenta que la muy condenada no tiene pilas. Nunca falta el vecino que te llega con el brollo, vos sabéis, que el cuñado que trabaja en Corpoelec le dijo que la luz llegaba en dos horas o que fulanito le dijo que explotó un transformador en no sé dónde. Cabe destacar que a alguien se le antojo ir al baño y tuvo que darle bomba al güater.
El güater
La bolsa de hielo
El maracucho empieza a perder las esperanzas de que la luz vuelva y es capaz de cualquier cosa por conseguir una bolsa de hielo. Después que te caíste a golpes por conseguirla, la muy fresca de la vecina te viene a decir que le deis un poquito de hielo que ella te lo paga después. Obvio, nunca más vais a ver esos cobres.
La pelea por la bolsa de hielo
¡Llegó la luz!
La comida que tenías en la nevera ya se puso piche, las pilas pa´la linterna nunca aparecieron y el poco hielo que tenías ya se derritió. Al maracucho no le queda más remedio que poner un chinchorro en el patio y acostarse con los muchachos. Justo cuando empieza a hacer fresquito y te estás quedando dormido, es que a la luz se le antoja llegar. Por supuesto, nunca faltan los que empiezan a aplaudir eufóricos como si hubieran pegao los 15 aciertos del Kino.
¡Llegó la luz!
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