Repitiendo verdades conocidas



Derechos humanos, terrorismo y narcotráfico son los temas que mayormente ocupan la atención del mundo. Por tratados internacionales y multiplicidad de decisiones de los organismos nacionales y multilaterales, son delitos pluriofensivos, pertenecen a una jurisdicción internacional que los ha hecho impreibles por atentar contra toda la humanidad. No se trata de simple retórica, sino de problemas de naturaleza muy compleja que avanzan generando daños terribles en todos los continentes.

Lamentablemente en Venezuela no hay ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Repetidas actuaciones internas y externas engrosan a diario los expedientes existentes en contra de un régimen jurídico, amoral y totalitario. Esto lo sabemos todos, se denuncia a diario y lejos de atender los planteamientos se afirma la condición tiránica del Gobierno.

Las vinculaciones políticas e ideológicas del Presidente con las FARC y el ELN son del dominio público. Plaza, estatuas y ahora hasta una biblioteca pública en honor de (a) Tiro Fijo, Manuel Marulanda, existen en Caracas. Fue Chávez quien pidió beligerancia con relación a estos grupos, rechazó considerarlos terroristas y llegó a decir que Venezuela no limita con Colombia por el Oeste, sino con las FARC y guardó un minuto de silencio en memoria de (a) Raúl Reyes cuando fue dado de baja por el ejército de aquel país. Las computadoras de éste, más otras que progresivamente han sido capturadas, los testimonios de decenas de presos detenidos por las fuerzas de seguridad o acogidos en la política de seguridad democrática por iniciativa propia, dan fe del cómo, cuándo, dónde y quiénes manejan estas relaciones por cuenta del alto gobierno.

Venezuela es señalada como país de almacenamiento, distribución y tránsito de drogas hacia el mundo entero. Se decomisa menos del 10 por ciento del gigantesco tráfico existente. Se rompieron convenios operativos con agencias especializadas y existen, según informaciones extraoficiales, más presos venezolanos que colombianos en el mundo por tráfico de drogas. Las estructuras del narcotráfico están ligadas al terrorismo. Operan impunemente y sus tentáculos penetran tanto al Gobierno como a sectores privados.

A estos hechos públicos y comunicacionales se agrega el auto de procesamiento dictado por el juez Eloy Velasco de la Audiencia Nacional de España. Se inicia formalmente el sumario de un juicio que nadie podrá detener. Bien sustentado, con referencia a los tres temas, introduciendo el papel de ETA en este complicado esquema criminal que nos afecta a todos. Chávez tiene mucho que explicarle a España, al mundo y especialmente a los venezolanos. Su papel no es el de amenazar. Debe colaborar, despejar dudas y combatir estos males. ¿Lo hará?

Oswaldo Álvarez Paz

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