Oswaldo: "pa’lante"




Si la oposición estuviera verdaderamente unida, el Gobierno no se hubiera atrevido a ordenar la detención de un político de la talla de Oswaldo Álvarez Paz.

Se equivocaron de plano, pensaron que era una voz solitaria, que no tenía dolientes, que saldría corriendo como otros que debieron enfrentarse a la cárcel si aspiraban a tener algún futuro.

OAP es un líder de formación social cristiana con alta credibilidad. Cuando le tocó gobernar lo hizo con honradez, en el debate parlamentario siempre fue un orador de calibre, su carrera política nunca se vio erosionada por escándalos de corrupción, ni aprovechó posiciones para enriquecerse o traficar, ni en la Cámara de Diputados, ni en la presidencia del Congreso Nacional, tampoco lo hizo como gobernador del Zulia. Además de ser uno de los políticos mejor formados del país, tiene un tremendo coraje, una cualidad poco común en el momento aciago al que nos enfrentamos los venezolanos. El 4 de febrero de 1992, cuando el teniente coronel Francisco Arias Cárdenas tomó por las armas la Gobernación del Zulia y mantuvo bajo custodia al gobernador junto a su familia, Álvarez Paz demostró la misma serenidad de la cual hizo gala el lunes, cuando fue conducido por la policía política desde su casa hasta los calabozos de la Disip. Asumió su responsabilidad política de una manera irreprochable. El mensaje de OAP es inequívoco: por fortuna los políticos no son todos iguales.

Soberana estupidez OAP ha sido coherente con sus valores y ha alertado sobre los peligros que corre la democracia. En 1991, un año antes de la intentona golpista de los "comacates", alertó que se incubaba un golpe de Estado, pero el entonces presidente Carlos Andrés Pérez no hizo caso a las advertencias que lo condujeron a su defenestració n.

Después del fracaso de los militares golpistas, OAP fijó posición a favor de una Asamblea Constituyente como salida a la grave crisis institucional, que permitiera el relevo de la dirigencia, hasta abogó por el indulto a Hugo Chávez, cuando los juristas decían que le salía por lo menos 25 años de cárcel, por los 17 muertos y aproximadamente 60 heridos de aquel fatídico día.

Ha sido una torpeza meterlo preso por opinar sobre las supuestas relaciones gubernamentales con la narcoguerrilla de la FARC y la ETA, es una arbitrariedad que retrata lo que OAP viene denunciando sobre la dictadura en ciernes representada por Chávez y, ha sido una soberana estupidez. Ahora sus denuncias no quedarán arrumbadas por algunos medios que ven en riesgo sus concesiones cuando habla Álvarez Paz o como sucede con ciertos opositores que voltean la cara para mirar hacia otro lado cada vez que pone el dedo sobre la llaga. Esa es la blanda oposición que le conviene a Chávez, la que cree que no se debe hablar de los graves problemas nacionales, ni de las "relaciones peligrosas" del régimen, sino exclusivamente de las elecciones del 26 de septiembre; la otra oposición que no se doblega, la quieren ver en el destierro. A Chávez le pesará tenerlo en prisión porque sin querer está mostrando a un gran candidato presidencial.

Tic tac

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