Dependencia y obediencia
La clave de la dependencia y obediencia para la sumisión del pueblo al tirano de turno, está en la escasez de alimentos provocada y un pésimo manejo de los servicios públicos y vivienda. También las amenazas y las ofensas. Cuando la comida escasea y los servicios son una calamidad cuando la inseguridad y la impunidad reinan sin medida ni control alguno, el pueblo se desmoraliza, paralizándose ante los desmanes del Gobierno abusador y déspota. Todo ello está escrito en el manual para dictadores que los tiranos se saben de memoria ello ha ocurrido en Cuba, la ex Unión Soviética, Corea del Norte, África, la China de Mao, entre otros. En Venezuela la gran mayoría aún no es consciente del tamaño de la perversidad del sistema castro-comunista que el pueblo se dejó meter. Acaba con la libertad de expresión, estimulando la autocensura, la limitación a la propiedad privada y la capacidad que tiene cualquier individuo de poder dejarle herencia a sus hijos. Pero lo peor aún no ha llegado: Comida, vivienda, salud y servicios, incluida la seguridad personal y los derechos que la Constitución del 99 le garantizaba al individuo, van a depender de ahora en adelante de la voluntad omniabarcante del caudillo dueño del país, el único capacitado para conceder “favores” y la medida y peso de lo que el pueblo consuma la alimentación de la familia, etcétera, a través de una libreta de racionamiento, tal como en la Cuba de Fidel. La clave es pues: Dependencia y obediencia, para conducir a Venezuela al mar de la calamidad. Ingenuos o cómplices son aquellos que creen que el Gobierno es el adalid de los pobres: Para los autócratas de la izquierda mientras más pobreza exista, más dependencia y obediencia genera, poniendo al pueblo de rodillas, humillado y teniendo que vender muchas veces hasta su dignidad por unos mendrugos de pan, tal como ocurre en Cuba con las muchachas universitarias y muchas amas de casa. El adagio popular enseña: “Dios perdona la ignorancia no!” Esta no sólo no perdona, sino que pasa factura. Por esa ignorancia supina y el resentimiento que nos embarga, por esa carga de deuda social que hay en Venezuela, por el odio que Chávez inoculó cual veneno en el alma de muchos, la vida nos está pasando una factura bien pesada, poniéndonos al teniente coronel y a sus cómplices como verdugos de la historia, sabrá Dios por cuanto tiempo! La gente deberá estar consciente de este grave peligro: La república esta en “pico e zamuro” y la democracia agonizante: Es extremadamente importante el voto masivo del elector por encima de todas cuantas trabas y amenazas el Gobierno imponga.
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