Nunca es tarde para ser chavista


Tenemos que admitir que tardamos demasiado. Ayer, cuando escuchamos a Jorge Rodríguez decir que "debemos estar orgullosos de Chávez, él es nuestro padre, nuestro guía"; la razón regresó de un viaje a lo que consideramos un error reiterado y mal pensado. Dejamos de estar en la acera de enfrente del régimen y nos volvimos chavistas. Tarde, pero al final siempre triunfa la sensatez, la cordura y un mínimo de pensamiento positivo.

No pueden estar equivocados más de ocho millones y medio de venezolanos que votaron hace poquito, con todo y los 14 años encima, por quien poco a poco se ha convertido en el dios que siempre ha debido ser. Navarro, Diosdado, Maduro, Jorge Rodríguez, unidos por un momento en que la emoción se lleva todo por delante han admitido que son hijos de Chávez, que tienen un pastor, una guía, un líder. No es jaladera de mecate. Es sentimiento puro. Y eso, en estos tiempos en que cuesta encontrar aprecio y ternura en el mundo, es una demostración de que efectivamente el hombre nuevo está naciendo. Y está naciendo en Venezuela gracias a nuestra arandela espiritual, a nuestra tuerca del universo que intenta apretar en la tierra y construir un mundo mejor. Lo está logrando. Por eso, aunque parezca tarde, ya estamos en la cola de quienes buscan su franela roja, su boina y el corazón de la patria.

No sabemos, y eso deben tomarlo en cuenta quienes todavía no entran a la secta chavista, qué ocurre. Hay un fenómeno extraño que impide a la gente evaluar con claridad qué es chavismo y hacia dónde lleva al país. Cuando uno escucha a un hombre decir, a quien no nombraremos por respeto a su espíritu, que "Chávez es el ajedrecista de la ternura", sinceramente, se acabó lo que se daba. Cómo no ser chavista si ahí está lo que un humano ordinario busca toda su vida: un ajedrecista de la ternura. Está ahí, al alcance de todos. Y en Venezuela. Gracias a Dios es poco.

Ahora lo vemos todo claro. El país va rumbo al desarrollo. Más todavía. Sí seremos una potencia mundial. Hay empleo para todos, grandes inversiones locales y extranjeras. Las empresas crecen por todos lados. No hay sectarismo. El Baco Central de Venezuela, un organismo de probada credibilidad e independencia, lo declaró: Venezuela creció económicamente casi 6%. Cómo no ser chavista. ¿Cómo es posible que hayamos tardado tanto tiempo en darnos cuenta y convertirnos sin revuelta y sin complejos? No al estilo Didalco Bolívar o William Ojeda. No. Lo hacemos de buena fe, con entrega total y hasta de rodillas si fuese necesario.

Tener un carné del PSUV en la cartera es una sensación diferente, es vida, se respira mejor. Se siente el mar de la felicidad muy cerca. Y pensar que perdimos 14 años. Pudimos haber arrancado la colección con el MVR-200 y hoy seríamos más que chavistas. Habríamos conocido las glorias del ajedrecista de la ternura, del corazón de la patria, mucho antes y sin la pena de haberlo contrariado en su proyecto y visión.

Pero nunca es tarde. Ya tenemos la colección completa de canciones y cadenas. Todos los Aló en CD y, muéranse de envidia, los afiches de la última campaña. Viva Fidel, cará... Viva El Zorro. Vivan Viruta y Capulina.


 


Cayeron por inocentes de largo a largo.


Twitter: @ejrl



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