La próxima crisis: Gasolina
Diego J. González C
En el ejercicio sobre posibles escenarios petroleros para Venezuela descritos en PDVSA ya no es una compañía petrolera (trabajo que no fue una rigurosa presentación de escenarios en el estricto sentido del término técnico, pero que cumplió su objetivo), Venezuela, con una producción de 2 millones de barriles diarios de petróleo o menos en 2010, está muy cerca de una calamidad, destacando que de manera paralela a la crisis económica, habrá una situación de riesgo en el mercado interno de hidrocarburos (MI) y que el país estará ante una circunstancia de vulnerabilidad de su Seguridad Nacional.
Vamos a tratar de explicar de qué se trata esa situación, y qué mecanismos tratará de implementar el Gobierno para aliviarla. Continuaremos utilizando los datos que aparecen en el informe del Ministerio de Energía y Petróleo: Petróleo y Otros Datos Estadísticos – PODE 2006, y algunas de PDVSA 2008 y 2009, porque no hay información oficial más reciente, teniendo en cuenta que las cifras de PDVSA no están auditadas, por lo que no son enteramente confiables.
Los hidrocarburos líquidos en el Mercado Interno (MI)
Los hidrocarburos líquidos son los derivados del petróleo y del gas natural producidos en refinerías y plantas de fraccionamiento de líquidos del gas natural que se utilizan en el mercado nacional como combustible en el transporte (gasolinas de motor y diesel), para generar electricidad (diesel y fueloil), y en los sectores comercial y residencial (especialmente gas de bombona). Los hidrocarburos líquidos más usados en 2006 fueron las gasolinas de motor (257,3 miles de barriles diarios-mbd – 53 %), y el diesel (129 mbd – 26,5 %). Más detalles en el Cuadro No 1(Abajo). Adicionalmente, la Industria petrolera y las naves nacionales consumieron 94,8 mbd, para un gran total de 580,7 mbd. En 2006 los hidrocarburos líquidos representaron el 38% del consumo nacional de energéticos. (ver cuadro)
Con respecto al consumo de gasolinas y diesel en el MI hay que hacer la acotación de lo contradictorias e incoherentes que son las cifras dadas por PDVSA con respecto al Mercado Interno. Contradictoria porque la cifra para 2006 según PDVSA fue de 548 mbd, mientras el ministerio de Energía reporta 581 mbd en el PODE, luego los Informes de Gestión 2007, 2008 y 2009 muestran cifras de consumo en el MI 564 mbd en 2007, 580 mbd en 2008 y 593 mbd en el I semestre 2009; e incoherentes porque entre 2006 y 2009 solo se ve un crecimiento del consumo de apenas 12 mbd, mientras ocurrió en esos tres años una incorporación conservadora de más de 400 mil vehículos (sin incluir los importados).
En cualquier caso, con esa aumento conservador de vehículos nuevos, y sabiendo que los vehículos de los años 70 y 80, ineficaces en el consumo de gasolina, no han sido desincorporados del todo, es imposible que el consumo se haya elevado en apenas 12 mbd entre 2006 y 2009, como hace creer PDVSA. A la fecha se desconoce realmente cuánto es el consumo de combustibles del sector transporte venezolano, sin incluir el incremento del contrabando. Hay que acotar que la información más confiable sobre el incremento del parque automotor la presenta la Cámara Automotriz Venezolana (CAVENEZ) en su página Web. Así que, en la medida que disminuye la producción de petróleo disminuirá el crudo disponible para las refinerías, y si hoy se importan más de 100.000 bd de gasolinas para abastecer el MI, comprándola a precio de mercado internacional y vendiéndola subsidiada, en un escenario de diminución drástica de la producción habrá menos dólares para hacer esto, aunado a la ineficiencia de las refinerías actuales, y será inevitable recurrir a la figura del racionamiento, en paralelo con un aumento del precio de la gasolina.
Los mecanismos del racionamiento
En Venezuela hay unas 1.800 estaciones de servicio y conveniencias, de las cuales 1.000 son de PDVSA y de sus agentes (56%) y 800 son de empresas privadas (44%). Un proceso de racionamiento de gasolina, no importa los mecanismos, sería fácil de aplicar físicamente por la tenencia de la propiedad por parte de PDVSA de la mayoría de las estaciones, y los privados tendrían que plegarse a lo que dicte el Ejecutivo. La dificultad está en el cómo.
Entre las opciones estaría penalizar a los vehículos menos eficientes (un duro golpe a los propietarios de esos vehículos, mayormente en las clases populares). Otra disyuntiva es reducirle la entrega de gasolina a los vehículos más nuevos, por un mecanismo de cuotas semanales, y así otras salidas. O para ser populista, establecer una medida de menos entregas del combustible a las estaciones ubicadas en donde frecuentan las clases A y B y más suministros a las estaciones ubicadas en las áreas populares, con estrafalarios mecanismos de números de cedula y placas, caldo de cultivo para la corrupción. Ya veremos las colas en esas estaciones, y los vehículos de los 70 y 80 con inseguros tanques incorporados, o haciendo muchas recargas, para vender la gasolina en otros sectores.
Los mecanismos de precios
Es un hecho que el gobierno tiene entre sus medidas el aumento de los precios de la gasolina, para paliar la baja de los ingresos fiscales, y para que se reduzca el consumo, ya lo ha dejado entrever el ministro de Finanzas, ahora ministro de Electricidad. Esta medida tendría un costo político enorme, pero a los visionarios del Gobierno se le puede ocurrir que dicho aumento sería para los propietarios de los vehículos más costosos y nuevos. Ya veremos la venta de gasolina barata (la gasolina paralela) a precios menores que el oficial a los que puedan pagarla. Como se incrementaría súbitamente la venta de envases para transportar y almacenar gasolina, con los subsiguientes accidentes, y no se resolvería el problema, el Gobierno tomaría la decisión de suspender esa medida y se le pediría la renuncia al ministro responsable.
Amanecerá y veremos.
La justicia no consiste en dar a todos por igual, sino a cada uno lo que se merece
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