Mucho cuidado si en este preciso brete en que se encuentra el país, a algún “iluminado” se le ocurre tumbar al gobierno…o siquiera intentarlo. ¿Quién sería el beneficiario? ¡Pues nada menos que el mismísimo Chávez y sus secuaces! Si lo tumbaran, llanamente le harían el grandísimo favor de quitarle de las manos la papa caliente que lo está quemando. ¡No señor!. Un golpe lo liberaría y no se vería obligado a responder y enfrentar, con todas sus consecuencias, sus errores, sus desatinos, su incapacidad, su improvisación y su corrupción. No tendría que pensar en agenciar soluciones, no tendría que asumir responsabilidades, no tendría que enfrentar los descontentos ni las manifestaciones populares, no tendría que despedir incapaces ni encarcelar corruptos, no tendría que responder por lo que le dio a otros países a costa del nuestro. No le harían falta ni el Niño ni el imperio. No tendría que reconocer ni un solo error. La liberación total. Si por otro lado “intentaran” tumbarlo y fallaran,
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