Festival de cuentos falsos e historias reales (A nuestra juventud heroica)
Cuando sucedieron los acontecimientos de principios de año, me convencí a mi mismo que el proceso sería irreversible. Sentí la calle como nunca antes, el pavimento sacó brazos y atrapó a nuestro país con su fuerza. Miles y miles de jóvenes suspendieron su juventud para conectarse con la tragedia de una nación que va olvidando lo que significa la libertad. El valor, la dignidad, el optimismo fueron valores protagónicos, sembrándose en cada rincón de Venezuela. En los eternos dieciséis años que lleva el apocalipsis chavista, nunca se había presenciado un nivel de arrojo y valentía semejante. Aquí las premisas de la lucha dejaron de sustentarse en asuntos coyunturales, gremiales, partidistas… para concentrarse en el sentimiento que mueve a la historia universal: el impulso de vida que lucha por su futuro. La juventud venezolana asomó el rostro para mostrarnos facciones curtidas en una época de privaciones, de traiciones y desesperanza; un rostro demasiado sabio para s