Crónicas marcianas
Las cosas pasan a veces como empujadas por extrañas fuerzas que no vemos, es más, a veces suele ocurrir que todo está en calma como si fuese un mar tranquilo, pero hay corrientes subterráneas que lo conmueven todo y empujan los destinos a encontrarse.
Es el extraño caso de dos destinos que se han encontrado: Boris Izaguirre, el famoso venezolano que en España marcó una época en la televisión de ese país con un programa de real destape: Crónicas Marcianas y Nuestro Comandante, quien ha contribuido al mundo de la ciencia sidero-espacial con su particular versión de sus Crónicas Marcianas, un capítulo de su programa que en nada tiene que envidiar al del venezolano radicado en España, capítulo de vértigo y de real destape donde el nuestro ha demostrado que en ese planeta sí hubo vida hasta que llegó el capitalismo y su fase superior, el imperialismo, y se los chingó a todos.
¿Y acaso nos puede extrañar que dos fuerzas telúricas como el Boris y el Comandante se hayan encontrado?, para nada, ambos tienen en común, y esos los une como dos vidas y un solo destino, el haber leído a Lucas Estrella, el autor de El oráculo del guerrero, además, después de todo, ambos son venezolanos pertenecientes a la misma generación y sienten el mismo regusto por la televisión y por escandalizar con sus sabrosas ocurrencias a las audiencias.
Pero veamos que dice nuestro cronista marciano: En primer lugar, que el planeta en cuestión es rojo, que en un pasado muy lejano ya, era un próspero planeta donde lo único malo era que había una raza de seres extra-ordinarios, es decir, eran unos ordinarios muy grandes que comían vorazmente y acto seguido defecaban.
Nuestro cronista que lo sabe casi todo, ha descubierto y ha revelado un gran misterio que ni la Nasa, había podido descubrir: esa voracidad, de dos vías, produjo la destrucción de los alimentos y por otra parte liquidó los grandes bosques tropicales que fueron explotados para la elaboración de papel sanitario. Ello terminó por producir grandes sequías que resultó en el agotamiento del agua.
Como ustedes pueden darse cuenta, sin alimentos, sin agua y sobre todo sin papel sanitario, ese jodido capitalismo que todo lo consume, hizo que el planeta languideciera en medio de un gran tremedal.
En Marte sí hubo vida y, nuestro comandante, ha hecho el estriptis de esa verdad que siempre han ocultado los poderes imperiales
Es el extraño caso de dos destinos que se han encontrado: Boris Izaguirre, el famoso venezolano que en España marcó una época en la televisión de ese país con un programa de real destape: Crónicas Marcianas y Nuestro Comandante, quien ha contribuido al mundo de la ciencia sidero-espacial con su particular versión de sus Crónicas Marcianas, un capítulo de su programa que en nada tiene que envidiar al del venezolano radicado en España, capítulo de vértigo y de real destape donde el nuestro ha demostrado que en ese planeta sí hubo vida hasta que llegó el capitalismo y su fase superior, el imperialismo, y se los chingó a todos.
¿Y acaso nos puede extrañar que dos fuerzas telúricas como el Boris y el Comandante se hayan encontrado?, para nada, ambos tienen en común, y esos los une como dos vidas y un solo destino, el haber leído a Lucas Estrella, el autor de El oráculo del guerrero, además, después de todo, ambos son venezolanos pertenecientes a la misma generación y sienten el mismo regusto por la televisión y por escandalizar con sus sabrosas ocurrencias a las audiencias.
Pero veamos que dice nuestro cronista marciano: En primer lugar, que el planeta en cuestión es rojo, que en un pasado muy lejano ya, era un próspero planeta donde lo único malo era que había una raza de seres extra-ordinarios, es decir, eran unos ordinarios muy grandes que comían vorazmente y acto seguido defecaban.
Nuestro cronista que lo sabe casi todo, ha descubierto y ha revelado un gran misterio que ni la Nasa, había podido descubrir: esa voracidad, de dos vías, produjo la destrucción de los alimentos y por otra parte liquidó los grandes bosques tropicales que fueron explotados para la elaboración de papel sanitario. Ello terminó por producir grandes sequías que resultó en el agotamiento del agua.
Como ustedes pueden darse cuenta, sin alimentos, sin agua y sobre todo sin papel sanitario, ese jodido capitalismo que todo lo consume, hizo que el planeta languideciera en medio de un gran tremedal.
En Marte sí hubo vida y, nuestro comandante, ha hecho el estriptis de esa verdad que siempre han ocultado los poderes imperiales
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