¡Artículo 350 a las cadenas!

Cadenas de radio y TV en la mañana, en el mediodía y, como si fuera poco, también en la noche; pero estas a Chávez no le están dando los resultados que espera. La razón es que es imposible seguir engañando al pueblo venezolano; su popularidad está por el suelo. Hoy el descalabro del régimen es impresionante y la credibilidad de Chávez y sus acólitos está en su peor momento: la gente se cansó de las mentiras, de la corrupción y del abuso del poder.

En esas cadenas Chávez demuestra su absoluto rechazo al pluralismo político y al  sentido valorativo de la democracia, plasmados en la CNRBV, y atiza el odio entre los venezolanos. Las cadenas de radio y TV de Chávez se están convirtiendo en un atentado contra la inteligencia humana porque las mismas originan espacios para creer que realmente él tiene problemas serios en su salud mental. Los ministros y los entes que dirigen los demás poderes del Estado reciben las más disparatadas y disímiles órdenes de ejecución de tareas, lo que ciertamente demuestra la incapacidad intelectual y la intolerancia de su comandante en jefe.

La sociedad civil y las instituciones que la conforman debemos rechazar las cadenas y plegarnos a una estrategia de desobediencia radical, como lo plantea la CNRBV en su artículo 350, ya que estas se realizan, en la mayoría de las veces, para actividades político-partidistas e ideológicas que contravienen los principios fundamentales democráticos de nuestra Constitución. Los medios de comunicación no están obligados a plegarse a una cadena nacional en estas condiciones, y mucho menos para transmitir actos que no son de un alto interés nacional, ya que se convertirían en cómplices de los delitos cometidos por este régimen forajido.

Los venezolanos estamos obligados a perder el miedo; ya vemos las acciones que están haciendo los estudiantes y trabajadores universitarios para defender a las universidades autónomas y de calidad en estas horas aciagas, y que necesitan del apoyo irrestricto de toda la sociedad para quebrar definitivamente la iniquidad y la falta de solidaridad del régimen. Es el momento; aplicar el 350 es una necesidad irreductible.



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