Un país blindado



Vivir en un país blindado tiene sus ventajas. Tomemos el ejemplo del Presidente. Fíjense, sólo en un país blindado el Presidente de la República se instala en su palacio presidencial y acto seguido empieza a engordar hasta que el cuello desaparece de su anatomía, se compra un avión de 80 millones de dólares, viaja incansablemente por el mundo, colecciona relojes de marca, instala la misión francachela regalando a diestra y siniestra -sobre todo a siniestra- casas, carros, camionetas, tractores, refinerías; compra bonos basura a un país quebrado, regala petróleo a Cuba y a otras islas del Caribe. Y no pasa nada.

Se pasa por el forro 800 mil millones de dólares en 10 años produciendo el milagro más grande que conozca la humanidad después de la multiplicación de los panes y de la producción de vino exprés en las bodas de Canaán: arruinó al país. Tiene que estar blindado este país para que después de semejante INRI sigamos más o menos campante esperando, siempre esperando.

Que éste es un país blindado, no tenemos la menor duda. Ahora bien, no queremos, por amor de Dios, que el país se “desblinde”, porque sería una desgracia. Por eso queremos tomar la palabra del Presidente, quien ha dicho que quiere dialogar siempre y cuando la oposición se baje de la nube fascista.

También queremos poner nuestras condiciones al señor Presidente: 1.- Que el Presidente se baje de la nube fascista, 2.- Exigirle que no vuelva a citar a Bolívar, especialmente, la Carta de Jamaica, 3.- Que se exima de cantar en sus alocuciones presidenciales, 4.- Que no mastique la hoja que le manda Evo Morales cuando se encarame en el Balcón del Pueblo, pues se pone perreroso, y le da por meterse con el imperio. 5.- Que no se deje chulear de los “amigos”, principalmente de los K y de los C, 6.- Que no nos jorobe con más elecciones cada vez que nos quiera pisar una bola, 7.- Que le prohíba a Vanesa Davies seguir escribiendo su columna sobre sexo en El Nacional, donde afirma que el tamaño del clítoris es de 19 centímetros, pues semejante tamaño ha producido la envidia a mi compadre “Cañón Corto”, y 8.- Dejar de estar pidiendo un chancecito hasta el 2049 para terminar de jodernos. Sólo así firmaremos




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