“El futuro de Chávez será peor que el presente de CAP”



En su columna de hoy de El Carabobeño, Pablo Aure compara los delitos de Carlos Andrés Pérez durante su último mandato con los actos del actual gobierno venezolano.

Esta es su columna completa:

Hoy escribiré para los jóvenes y para aquellos no tan jóvenes pero con memoria frágil, ya que lo que estamos viviendo en Venezuela nos remonta a un pasado no tan lejano. Así es, con sólo mirar hacia atrás veremos a un personaje con aires de grandeza, que creía que las tenía todas a su favor, pero estrepitosamente se derrumbó.

Nos referimos a la década de los noventa. En 1992, Carlos Andrés Pérez gobernaba por segunda vez nuestro país. No pretenderé comparar el intelecto y talante democrático de CAP con el del teniente coronel Hugo Chávez Frías, que ni remotamente tiene la preparación y ni el coraje del anciano gocho que igualmente gobernó nuestro país.

Sin procurar exonerar de la cuota de responsabilidad que también tuvo CAP en la locura que hoy padece nuestra nación, sí debo reconocer que al menos el gocho era respetuoso con los opositores y con las instituciones del país; tan cierto es que el Fiscal General nombrado por el Congreso Nacional de la época lo acusó penalmente y el Congreso autorizó su enjuiciamiento, para que la Corte Suprema de Justicia entonces lo condenara. CAP acató con coraje todas las decisiones.

La intención de traer a colación esto de CAP es tratar de expresarles optimismo a los que hoy piensan que todo entre nosotros está perdido. Quiero que sepan que, por muy fuertes que podamos ver en algunos momentos a los gobernantes de turno, en cualquier momento pueden ser defenestrados. Se trata de una constante: todos los políticos mesiánicos tienen el mismo final.

CAP hoy se encuentra en el exilio, enfermo y pobre. Quizás sus verdaderos amigos lo visitan, pero en general ha sido olvidado por los que ayer se lucraron durante el ejercicio de sus mandatos. Ésa es la realidad. Así le pasará a Chávez. Mejor dicho, yo creo que en el caso de Chávez será peor, ya que él no ha cultivado amistades y, por tanto, nadie lo visitará; además, al lugar donde se marcharía, sus habitantes actualmente tratan de escapar.

Hace 16 años, a Carlos Andrés Pérez se le inició un juicio por haber dispuesto de la “partida secreta” del Ministerio del Interior la cantidad de doscientos cincuenta millones de bolívares (Bs. 250.000.000,00) -a esta fecha esa cantidad representaría Bs.F. 250.000,00- y los convirtió en dólares estadounidenses, a los fines de atender gastos de seguridad y defensa del Estado en el exterior.

Esos dólares los envió CAP a Nicaragua para brindarle protección a la presidenta recién electa, señora Violeta Barrios de Chamorro. Eso bastó y sobró para que quien entonces aparentaba ser un vehemente y creíble periodista, José Vicente Rangel, el 8 de noviembre de 1992 lo divulgara en su programa dominical José Vicente Hoy y posteriormente formalizara la denuncia ante la Fiscalía General de la República, el 11 de enero de 1993.

Luego el Ministerio Público, en la persona del Dr. Ramón Escovar Salón, presentó acusación en contra del Presidente de la República por malversación de fondos públicos.

Hago este relato para, esta vez sí, hacer una comparación con la repartidera de plata a diestra y siniestra que hace Hugo Chávez Frías. Se salta a la torera el presupuesto de la nación y actúa sin control alguno. No le importa la Asamblea Nacional (aunque la manipula a su antojo) o lo que dice la Ley de Presupuesto. Las dádivas que envía a Evo Morales le importa un comino que estén presupuestadas o no, o las que manda a Fidel Castro, o a Daniel Ortega. Nada que ver. Ya sabemos, él maneja no solamente la partida secreta, sino a su real saber y parecer los fondos de Pdvsa.

El periodista que ayer denunció a CAP por malversación hoy aplaude las ayudas delictuosas del primer mandatario nacional. El Ministerio Público con el que ayer contaba Venezuela, hoy persigue a los que osan criticar al gobernante.

De CAP al maletín de Antonini

Señores, a Carlos Andrés Pérez lo enjuiciaron y condenaron por mucho (muchísimo) menos de lo que ha hecho Chávez. Pregunto: ¿Dónde está la vergüenza de los que aún acompañan a Chávez? Nadie que tenga dos dedos de frente puede dudar que, en el caso del maletín incautado en Argentina, Chávez es el principal responsable y está comprometido hasta la coronilla. Fueron 800 mil dólares, que al cambio oficial representan 1.720 millones de bolívares (y se dice todavía que iban en el avión otros tantos maletines y que llegaron a $ 4.200.000. Recordemos, a CAP lo enjuiciaron por 250 millones de bolívares.

A Dios gracias, fueron dólares estadounidenses los que incautaron en Argentina. De no ser así, a ese caso le hubiesen echado tierra y una vez más a los venezolanos se nos hubiese ocultado la verdad de las cosas. Las leyes de EE.UU. contemplan que cuando hay moneda de ese país involucrada en delitos, los gringos pueden actuar en cualquier lugar del mundo para investigar. Quizás ésa es la rabieta de Chávez, que, debido a sus odiados “pitiyanquis”, está al descubierto y todo saldrá a relucir, y, como sabemos, la justicia gringa no es comiquita y le va a ver el hueso a Chávez y su pandilla.

No entiendo cómo hay seres honestos que todavía creen en Chávez, si están más que demostradas sus fechorías ya no en el ámbito interno, sino a nivel internacional. No lo digo por simple especulación, lo afirmo con propiedad y convencimiento. A nadie convence con eso de que se trata de un juicio comprado el que se ventila en Florida. En lo interno los invito a leer el Código Penal y la Ley Contra la Corrupción, para que aprecien en su justa dimensión el paquete de crímenes perpetrados por Hugo Chávez Frías.

Comenzando específicamente por lo prevenido en el título relativo a los delitos contra la independencia y la seguridad de la nación, artículo 132 del Código Penal, que establece: “…En la misma pena incurrirá el venezolano que solicitare la intervención extranjera en los asuntos de la política interior de Venezuela, o pidiere su concurso para trastornar la paz de la República o que ante sus funcionarios…”.

Si no lo creen, piensen en la presencia de los bombarderos rusos en la base aérea de Maracay. También los invito a leer el artículo 13 de la Ley Contra la Corrupción, que señala: “Los funcionarios y empleados públicos están al servicio del Estado y no de parcialidad política o económica alguna.

En consecuencia, no podrán destinar el uso de los bienes públicos o los recursos que integran el patrimonio público para favorecer a partidos o proyectos políticos, o a intereses económicos particulares”, o el 54 de la misma ley, que dice: “El funcionario público que indebidamente, en beneficio particular o para fines contrarios a los previstos en las leyes, reglamentos, resoluciones u órdenes de servicio utilice o permita que otra persona utilice bienes del patrimonio público o en poder de algún organismo público, o de empresas del Estado cuya administración, tenencia o custodia se le haya confiado, será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años”, o el más común que ha cometido en los procesos de ocupaciones a fincas y empresas empleando fuerzas militares, tipificado en el artículo 67 de la Ley contra la Corrupción, que señala: “El funcionario público que abusando de sus funciones ordene o ejecute en daño de alguna persona un acto arbitrario que no esté especialmente previsto como delito o falta por una disposición de la Ley, será castigado con prisión de seis (6) meses a dos (2) años; y si obra por un interés privado, la pena se aumentará en una sexta (1/6) parte”.

Amigos lectores: delitos en los cuales ha incurrido el Presidente tenemos por montones, pero, a diferencia de los tiempos de CAP, a pesar de la inmensa corrupción existente, las instituciones funcionaban. Hoy no podemos decir lo mismo, pues en tiempos del chavismo la corrupción se ha multiplicado, mientras que quienes están al frente de las instituciones fungen como alcahuetes del capo mayor.

Pablo Aure
El Carabobeño

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