Veinte preguntas
Los venezolanos necesitamos que se
nos diga la verdad, se nos aclare o simplemente se nos esclarezca acerca
de asuntos que tanto para la historia como para el presente queden
puestos en forma veraz ante la comunidad nacional e internacional.
Venezuela no puede seguir dejando pasar situaciones políticas graves
que, al ser pasadas a un segundo plano por otras más graves, quedan en
el olvido. Por nuestra propia dignidad como pueblo, necesitamos que el
Gobierno pruebe acontecimientos, sucesos o erogaciones que sin permiso
del pueblo venezolano se han hecho a varios países.
¿Quién mató a Danilo Anderson?
¿Cuál es la deuda cubana a Venezuela?
¿Por qué se ha silenciado el caso Walid Makled?
¿Cuáles son las razones
por las cuales se escogió a la empresa Smartmatic para las máquinas
electorales?
¿A cuánto ascienden las donaciones hechas a Bolivia?
¿En
qué terminó el affaire del maletín de Antonini Wilson y la donación a la
campaña electoral de Cristina Fernández en Argentina?
¿Por qué se
silenció la Comisión de la Verdad de los sucesos del 11 de abril del
2002?
¿Dónde están las pruebas de los supuestos intentos de magnicidios a
Chávez?
¿Qué pasó con el asesinato del exgobernador de Apure Aguilarte,
el asesinato del sargento Antonio José Canchica, el asesinato del
periodista Mauro Marcano, la matanza de los indios fronterizos con
Brasil, el caso del soldado muerto en el Fuerte Mara?
¿A cuánto
ascienden las donaciones a Nicaragua?
¿Cuáles son las verdaderas razones
de la prisión de la jueza Affiuni?
¿Qué pasó con las denuncias del
magistrado Aponte Aponte?
¿Cuál es la verdad sobre la fecha y el lugar
de la muerte del presidente Chávez?
Necesitamos certeza de que el oro de
las reservas de Venezuela se encuentran en el Banco Central. ¿Qué pasó
con el caso de la familia Barrios en Aragua?
¿Por qué Chávez perdona a
Arias Cárdenas después de las graves acusaciones que este le hiciera?
¿Y
a cuánto realmente asciende el capital de Diosdado Cabello en Venezuela
y en el exterior?
Se nos deben estas respuestas. Un país no puede vivir de denuncias
que sean solamente flor de un día porque eso significa que nos mentimos a
nosotros mismos y no pasa nada. Tenemos derecho, contra los estragos
del tiempo, a conocer la verdad de estas cosas.
Por Julio Portillo / Historiador / julioportillof@gmail.com
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