Un país blindado
Vivir en un país blindado tiene sus ventajas. Tomemos el ejemplo del Presidente. Fíjense, sólo en un país blindado el Presidente de la República se instala en su palacio presidencial y acto seguido empieza a engordar hasta que el cuello desaparece de su anatomía, se compra un avión de 80 millones de dólares, viaja incansablemente por el mundo, colecciona relojes de marca, instala la misión francachela regalando a diestra y siniestra -sobre todo a siniestra- casas, carros, camionetas, tractores, refinerías; compra bonos basura a un país quebrado, regala petróleo a Cuba y a otras islas del Caribe. Y no pasa nada. Se pasa por el forro 800 mil millones de dólares en 10 años produciendo el milagro más grande que conozca la humanidad después de la multiplicación de los panes y de la producción de vino exprés en las bodas de Canaán: arruinó al país. Tiene que estar blindado este país para que después de semejante INRI sigamos más o menos campante esperando, siempre esperando. Que éste es un p