Un extraño monólogo
El anciano que esporádicamente me visita se acercó y después de
saludarme me dijo: "Debes saber que la vida es un extraño e inmenso
salón de clases, donde todos, sin excepción alguna, son simultáneamente
alumnos y maestros, porque todos los seres humanos tienen algo que
enseñar a otros y mucho que aprender de los demás. Un sabio puede
aprender de un analfabeta los secretos que la vida le ha enseñado. En
realidad la sabiduría consiste en reconocer la propia ignorancia.
Sócrates, uno de los hombres más sabios de la antigua Grecia, solía
decir: 'Solo sé que no sé nada'. Te preguntarás, si era sabio, ¿por qué
decía no saber? Te respondo: Sócrates sabía que sabía, pero por eso
mismo sabía que lo que le faltaba por saber era mucho más de lo que ya
sabía. Sus conocimientos eran pocos comparados con lo que ignoraba. Esto
deberían deducirlo todos los humanos, especialmente los que gobiernan y
los que enseñan.
Es raro el gobernante que llega al poder sabiendo gobernar. Por lo
general, creen que gobernar es como nadar, que se aprende nadando".
Me miró fijamente y prosiguió: "La vida es una continua enseñanza.
Trata de encontrarles explicación a todas sus experiencias. Crees no
merecer las circunstancias que estás viviendo. No eres el único que así
piensa. En realidad nadie se considera responsable por lo que ocurre hoy
en día en el país, pero en verdad todos lo son. Unos por acción y otros
por omisión. Unos por haber actuado mal y otros por tolerarlo sin
protestar y, lo que es peor aún, por perdonarlo".
Volvió a guardar silencio, esta vez en forma más prolongada. Al cabo
de un rato continuó: "Así como los políticos deben actuar conforme a una
ética, también los ciudadanos deben elegir con criterios éticos. No
basta con elegir, es necesario exigir un gobierno eficiente, eficaz y
honesto. Debes recordar que los sabios de la antigua Grecia decían que
el mejor país no era el que tenía mejores gobiernos, sino el que tenía
los mejores ciudadanos. Ello es así porque buenos ciudadanos exigirán
mejores gobiernos y no se conformarán con gestiones mediocres conducidas
por hombres sin un sentido ético de la vida. La ignorancia y la
ausencia de un sentido de la vida es lo que explica el drama colectivo
que vive tu país. No pierdas la fe. Recuerda la frase que una vez te
dijo un hombre que consagró su vida a Dios: 'Los pueblos, al igual que
los hombres, tienen su providencia que vela por ellos'".
Quise hacerle una pregunta, pero desapareció misteriosamente. Aquí dejo escritas sus palabras.
Por Fernando Chumaceiro /Exalcalde de Maracaibo /fchuma2009@live.com
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